El sector ferretero ha estado en expansión en los últimos 12 años. De la mano de la construcción y la industria automotriz el negocio se posicionó hasta facturar USD 1 700 millones al año, según el Censo Económico del 2010.
Esa cifra equivale a los ingresos que generó al país la exportación de camarón (segundo rubro no petrolero) durante los dos años precedentes: 2010 y 2011.
Alberto Bustamante Chalela, gerente general de Productos Metalúrgicos SA (Promesa), cree que la fortaleza de la línea ferretera surgió por factores externos como la dolarización.
Las personas pudieron mantener y mejorar su poder adquisitivo para la compra de casas, carros y otras inversiones, manifestó.
[[OBJECT]]Por ende, se fomentó el crecimiento de la construcción a una tasa del 5% anual y hubo un apogeo de la actividad industrial y comercial. “En el caso de nuestra división de repuestos para vehículos, el crecimiento del parque vehicular genera mayor demanda de productos de consumo constante como lubricantes, filtros, bujías, etc.”, indicó.
Pero ante los cambios al régimen de importación de vehículos y los ajustes en ciertas partidas arancelarias, Bustamante prevé un efecto negativo en las ventas.
“Como todos los negocios, el ferretero y de repuestos está inmerso dentro de la economía ecuatoriana y mundial y nos afecta cualquier cambio”, expresó.
Pese a ello, la empresa continúa con sus planes de inversiones como su Centro de Distribución en Guayaquil. Promesa cumplió 50 años de vida institucional y en los últimos 10 años ha crecido casi cinco veces su tamaño, como distribuidor de productos ferreteros y repuestos automotrices.
La provincia del Guayas aglutina la mayor cantidad de estos negocios, según registros del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). El 25% de ferreterías se encuentra allí, seguido por Pichincha (23%) y Azuay (6%) de un total de 5 291 establecimientos.
En el centro de Guayaquil, a lo largo de la calle Rumichaca, se asientan los principales proveedores de martillos, sierras, destornilladores, alambres, cables eléctricos, cerraduras, montajes, extintores, entre otros materiales.
En la intersección con la calle Luque está la Ferretería Clark. Su propietario, Rodolfo Peña, comentó que la expansión de la ciudad les ayudó a crecer. Los artículos para adecuación del hogar son los que más salida tienen.
La apertura al crédito y la ampliación de plazos por parte de las financieras también ayudaron al crecimiento de la pequeña y mediana empresas de esta línea.
Peña calculó que sus ventas en relación al año pasado se han mantenido en el mismo nivel que el año anterior y las califica de “buenas”. Pero un factor externo que le preocupa es la variación del precio del crudo. “Podría afectar a los artículos plásticos, principalmente a las tuberías, que es lo que más se vende”, explicó.
Javier Ponce, encargado del área de compras de ferretería Impromafesa, explicó que en este negocio también hay incremento de ventas por temporada.
En unos meses se demanda más material para construcción externa (generalmente cuando no llueve) y a fines de año los accesorios para adecuar el hogar son los más requeridos.
Las griferías y chapas de puerta entran en ese segmento y son muy requeridas por proyectos inmobiliarios que se desarrollan en las periferias de Guayaquil.
En Luque, entre Rumichaca y García Avilés, está una de las tres sucursales de Ferretería Espinoza, que tiene más de 40 años en el mercado en la venta al menudeo.
Diego Holguín indicó que hace ocho años abrieron su división industrial, que incluye maquinaria para la construcción y acabados. La proyección de este año es que las ventas sean un 10% superiores en comparación con el 2011.
El crecimiento se debe básicamente a las construcciones que hacen el Gobierno y las inmobiliarias. Sus ventas a empresas estatales representan el 20%.