A sus 21 años, Xavier Erazo ya sabe “que es difícil encontrar trabajo”. Es bachiller contador y ha dejado carpetas en varias empresas, como entidades financieras, casas comerciales, etc., pero ni siquiera le han llamado.
“No me dan una oportunidad. Tengo conocimientos de inglés y estudio administración en la universidad. Además, he realizado pasantías en algunas entidades públicas y privadas”.Aunque el joven todavía vive con sus padres, dice que quiere ayudar en su casa y, además, ahorrar para el pago de un crédito educativo que contrajo para sus estudios superiores.
En el país los jóvenes son los que más dificultades tienen a la hora de encontrar un trabajo. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Inec), el 50,7% del total de desempleados (7,7%) tienen edades comprendidas entre los 18 y los 29 años.
La entidad realiza la encuesta de desempleo en cinco ciudades del país: Quito, Cuenca, Ambato, Machala y Guayaquil. Este última es la que posee la tasa más alta de desempleo en los jóvenes con el 55,9%.
Uno de los factores que incide en esta estadística es la falta de experiencia. Esto, según Jaime Moreno, presidente de la empresa de recursos humanos Sociométrica, es una incongruencia dado que los jóvenes en este rango de edad buscan enrolarse en el mercado laboral.
“Lo que las empresas deberían tomar en cuenta es el potencial. Hay casos en que sí lo hacen, pero solo se aplica para puestos en los que se realizan tareas básicas”.
Sin embargo, existen casos como el de José Luis Jaramillo, de 24 años, en que ni siquiera la experiencia ha servido para conseguir un empleo. “Mi trabajo de cinco años como asistente administrativo en una entidad del sector público no ha pesado nada en las hojas de vida que he entregado”.
Su caso es particular ya que actualmente está trabajando, pero este mes está obligado a renunciar porque en la entidad no le dieron permiso para hacer sus pasantías, requisito indispensables para graduarse. Su situación es crítica ya que vive solo y no tiene nadie que le apoye en sus gastos.
Una de las alternativas que tiene es aplicar al programa gubernamental Mi Primer Empleo. Este plan permite a los jóvenes universitarios entre 18 y 29años acceder a pasantías pagadas en empresas públicas y privadas.
De acuerdo con datos del Ministerio de Relaciones Laborales, en lo que va del año, 1 950 jóvenes fueron colocados en diversas entidades. Sin embargo, hasta la tarde del viernes esa entidad no especificó cuántos jóvenes se registraron ese este período ni tampoco se indicó datos sobre el total de inscritos y empleados desde la creación del plan, en el 2006.
Los jóvenes debían inscribirse a través de la página web www.kmellonet.gov.ec. Pero, hace un mes este portal dejó de funcionar porque se determinó que los registros se los canalice a través de la red Socio Empleo.
“Estamos dando los primeros pasos, pero esperamos reforzar el proceso en el 2011”, dijo Gabriela Alarcón, subsecretaria de Trabajo. La Cartera de Estado tiene como meta colocar 4 500 jóvenes en entes del sector público y ayudar al ingreso en 50 empresas privadas.
El programa permite a los jóvenes trabajar cuatro horas diarias y usar el resto del tiempo para sus estudios. Pero, son pocas las empresas que tienen esta apertura. Según Evelyn Lopez, coordinadora comercial de la bolsa de empleo virtual Bumeran, el 90% de las compañías requiere personal a tiempo completo.
“Esa es la principal causa por la que desde hace dos meses no puedo conseguir trabajo. Ahora estoy en cuarto semestre de sicología, pero es imposible acomodar mis horarios para un trabajar durante todo el día”, dijo Santiago Muñoz.
El desempleo no siempre es por falta de opciones
En la bolsa de trabajo virtual Bumeran casi a diario reciben notificaciones, de las empresas, de gente que no acude a las entrevistas de trabajo pactadas.
Datos registrados por la compañía revelan que de 30 personas que son citadas apenas acuden 10 y de ellas apenas una conoce a qué tipo de trabajo aplicó.
“Solo el 10% de las personas que no acuden a sus entrevistas tienen una explicación de su decisión. El resto simplemente afirma que no pudo o emite evasivas”, explicó Evely López, coordinadora comercial de la empresa.
Este misma situación se produce también en las entrevistas pactadas por otras bolsas de trabajo e incluso en las contactadas entre la persona que busca empleo y la propia compañía solicitante.
Esta actitud fue la que tomó Andrea Pérez (nombre cambiado), de 26 años, hace dos meses. “Me citaron para una entrevista por un trabajo de secretaria y me dijeron que el sueldo era de USD 400. No fui porque deseo ganar más y esperaré mientras tenga el apoyo de mis padres”.
Según Paola Holguín, representante de la bolsa de empleo Camello, los jóvenes que buscan empleo deben desarrollar mejores actitudes y aceptar trabajos para ganar experiencia. “Hay opciones para ellos. Nosotros les apoyamos, por ejemplo, con un centro de registro móvil para que ingresen sus curriculms y hallen opciones laborales”.