El Gobierno de Ecuador indicó que el país mantendrán una buena relación con Estados Unidos, luego de la imposición de aranceles del 10% para los productos ecuatorianos.
La canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, dijo que mantendrán una comunicación fluida y el tema es analizado entre los ministerios relacionados como el comercio exterior y las finanzas y los empresarios privados.
Dijo que una de las aspiraciones de Ecuador es concretar un acuerdo comercial para obtener mayores beneficios para ambas naciones.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mostró abierto a llegar a acuerdos sobre los aranceles con diferentes países si alguno le ofrece “algo fenomenal”.
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Los escenarios para Ecuador
El exministro de Producción y Comercio Exterior, Julio José Prado, expresó en su cuenta de X que estamos en una época de “sálvese quien pueda”, y que solo los grandes bloques o países como la Unión Europea, China o el resto de las naciones asiáticas podrán recurrir a la retaliación, lo que podría generar una guerra comercial sin precedentes.
Prado señaló que Ecuador y el resto de los países latinoamericanos deben decidir entre cuatro opciones. La primera es bajar los aranceles de forma unilateral, aunque debe existir un límite para no afectar a los sectores sensibles.
La segunda es subsidiar las exportaciones afectadas, aunque esta medida resulta ineficiente y costosa.
La tercera vía es aceptar el arancel e intentar mantener el mercado. Finalmente, está la alternativa de subir aranceles como medida de retaliación, aunque sería el peor escenario.
Según Prado, incluso bajar aranceles de forma unilateral podría tener un resultado incierto. Pone como ejemplo a Chile, Costa Rica y Perú, que mantienen aranceles muy bajos con Estados Unidos debido a sus acuerdos de libre comercio; sin embargo, ahora enfrentan aranceles del 10 %.
“Esos países no pueden bajar mucho más; deberían cambiar su patrón comercial (déficit/superávit), pero eso es casi imposible en el corto y mediano plazo”.
También indicó que no se sabe si esta medida de Trump será temporal o definitiva. “¿Es solo un anuncio para generar un golpe global y sentar a los países a negociar otros temas? ¿O es una medida que se mantendrá durante varios meses o años?”
¿Qué podría negociar Ecuador?
El analista económico Alberto Acosta Burneo, recordó que el presidente estadounidense, Donald Trump, es un negociador, y lo ha demostrado en otros casos.
Acosta considera que su estrategia consiste en utilizar los aranceles como una herramienta de negociación.
“Creo que Ecuador debe hacer todos los esfuerzos posibles para alcanzar algún tipo de acuerdo. No necesariamente tiene que limitarse al ámbito comercial, sino que también podría incluir acercamientos políticos en temas como defensa o sectores estratégicos importantes para Estados Unidos, como telecomunicaciones, puertos o seguridad”.
Acosta señala que Estados Unidos, por ejemplo, podría estar interesado en que Ecuador se comprometa a no permitir la entrada de China en esos sectores estratégicos. “Eso sería algo atractivo para ellos”.
Según él, es necesario que el Gobierno ecuatoriano despliegue todos sus esfuerzos diplomáticos y busque acercamientos que permitan modificar esta situación arancelaria, reduciendo así su impacto.
El analista sostiene que Ecuador no debe esperar al desenlace de las elecciones presidenciales para iniciar los contactos y negociaciones con Estados Unidos, ya que no muchos países querrán hacerlo lo mismo en ese contexto.
“No basta con decir ‘vamos a negociar’ para que al día siguiente Trump reciba la propuesta. Este proceso debe seguir los canales diplomáticos y podría tardar semanas o incluso meses en concretarse, si tenemos suerte”.
El impacto de los aranceles para Ecuador
El gobierno de Trump aplicó un arancel de reciprocidad del 10% a los productos ecuatorianos. Es un porcentaje adicional a lo que ya pagaban los rubros de exportación.
“Todos pierden, aunque algunos pierden más y otros menos. Ecuador, al no tener un TLC con EE. UU., ya partía con una desventaja, a diferencia de Colombia y Perú, que sí lo tienen”, dice Acosta.
Según Acosta, las exportaciones ecuatorianas se verán afectadas.
“El poder de compra en el mercado estadounidense se reducirá debido a los aranceles, lo que llevará a consumir menos productos importados. Parte de esa demanda podría trasladarse a productos locales, reduciendo así el tamaño del mercado accesible para las exportaciones ecuatorianas”.
Indicó que cada producto sufrirá un impacto distinto. Por ejemplo, el atún y otros productos pesqueros perderían menos competitividad que los asiáticos, lo que permitiría ganar espacio en el mercado estadounidense.
Sin embargo, resalta Acosta, que esos productos asiáticos que perderán espacio en EE. UU. buscarán otros mercados. “Competirán de forma más agresiva en otros países, lo cual podría afectar negativamente a Ecuador. Es decir, podríamos ganar mercado en EE. UU., pero perderlo en otras regiones”.
En productos como el banano, por ejemplo, Ecuador perdería la misma competitividad que otros competidores como Costa Rica u Honduras.
“Todos se verían igualmente afectados por el encarecimiento del producto, lo que podría reducir su demanda en EE. UU., ya que los consumidores podrían optar por frutas locales”.