Deslizamientos de roca y arena en uno de los márgenes del río Coca, afectado por un proceso de erosión. Foto: Cortesía
El avance del proceso de erosión regresiva, que se presenta en el río Coca, puede tener un giro al alcanzar la confluencia con el río Malo. Al llegar a la altura de este afluente, que está a dos kilómetros del punto actual, este fenómeno se puede acelerar.
Esta información consta en el Informe Fluviomorfológico Río Coca, que fue contratado por la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).
En este estudio se señala que las características del lecho del río cambian drásticamente cerca de la confluencia con el río Malo.
Actualmente, el punto donde se encuentra la erosión del Coca tiene un material que posee una resistencia intermedia a la erosión. Más adelante, cerca del Malo este cambia porque está conformado por materiales sueltos entre los cuales hay arcillas, que tienen un tamaño similar a la harina, que se erosionan con más facilidad, explicó Ricardo Buitrón, ingeniero hidráulico.
Por esto, el estudio señala que es posible que el avance regresivo del frente de erosión se acelere una vez que alcance la zona próxima al río Malo.
Desde que inició la erosión del río Coca este fenómeno ha avanzado a un promedio de 633 metros por mes. Es decir, que en un año ha recorrido 7,6 kilómetros aguas arriba. Pero el fenómeno se quedó en este punto desde hace 176 días, según un informe del 3 de marzo pasado de la Celec.
Edison Heredia, líder de la Subcomisión de Estudios y Diseño de la Erosión del Río Coca, dijo que por las características de esa zona la velocidad de la erosión es más baja.
En la zona donde, según el estudio, puede acelerarse la erosión se encuentran las obras de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Para mitigar, en parte, el avance de este fenómeno, la Celec ha implementado también obras emergentes para reducir la velocidad de este fenómeno. En total, se cuenta con cinco muros enrocados y cuatro ensanchamientos del río. Además, está previsto que se construyan dos diques más para afrontar la época lluviosa en los meses, que registran un mayor incremento del caudal (a partir de mayo).
Con estas acciones, se busca proteger infraestructura clave como la central de captación de Coca Codo Sinclair ante un eventual avance acelerado de la erosión, mientras tanto, se avanzará con la contratación la ejecución de las obras definitivas. Los diseños de estas obras estaban planificados que se entreguen ayer 4 de marzo del 2021.
Para proteger el túnel de descarga de la central, que está aguas abajo de la desaparecida cascada San Rafael, el ente realiza el monitoreo de esta zona.
Carolina Bernal, docente de la Escuela Politécnica Nacional, mencionó que la erosión del río Coca debe ser tratada de manera integral, porque este fenómeno es una amenaza para poblaciones, un tramo de la carretera, infraestructura eléctrica y petrolera.
Según el simposio organizado por el Colegio de Ingenieros de Geólogos, Minas, Petróleos y Ambiental (Cigmipa), este fenómeno podría afectar incluso a la estación de bombeo de crudo del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano, ubicada en El Salado.
Petroecuador informó que por ahora no tiene previsto reubicar esa estación.