Entrevista a Eugenio Salinas, coordinador del cuarto adjunto de la delegación de empresarios mexicanos. Foto: Cortesía Concamin
Entrevista a Eugenio Salinas, coordinador del cuarto adjunto de la delegación de empresarios mexicanos.
¿Qué balance hacen los empresarios de la primera ronda de negociación del acuerdo comercial entre Ecuador y México?
Cada parte ha expresado las sensibilidades de su país sobre los aranceles, pero todavía no se han definido los mecanismos de desgravación. En el tema de propiedad intelectual esperamos sortear algunas diferencias en cuanto a las marcas registradas y denominaciones de origen o indicaciones geográficas (lugar de origen de un producto). México tiene unos compromisos muy precisos por los últimos tratados firmados con la UE y EE.UU. Todo eso tiene que ser congruente y legalmente aplicable.
¿Cómo ven la propuesta de Ecuador de establecer plazos de desgravación de 10 años o más en los sectores más sensibles?
Entendemos que hay asimetrías entre un país del tamaño de México con un país como Ecuador. Además, en un buen número de sectores, más que complementarios, terminamos siendo competidores. Así como nosotros pensábamos que nos iba a comer el monstruo de EE.UU. hace 25 años, cuando negociamos un tratado con ellos, es entendible que se sientan igual en Ecuador con nosotros. Pero lo que provoca cualquier tratado es que nos volvamos más eficientes en distintas industrias, en una determinada parte de un proceso de un producto final, en un insumo, entre otros. Cada país puede obtener ventajas comparativas y competitivas, independientemente de su tamaño.
¿Cómo se puede propiciar mayores espacios para que las dos economías se complementen?
Cada vez hay más tecnología e innovación en productos en distintos niveles de producción y puede haber complementariedad. Además, hay más oportunidad de complementarse cuando las industrias de dos países se ponen de acuerdo para que se den más inversiones en cada territorio. Esas inversiones vienen acompañadas de procesos de transferencia de tecnología y eso ayuda a que la industria se diversifique. Por ejemplo, en la industria de ensamblaje de vehículos puede pasar que una empresa decida diversificar los sitios en los que ensambla autos para tener más alcance.
¿Qué sectores son sensibles para la industria mexicana?
Tenemos sensibilidades en el sector agroalimentario. Hay productos en los que Ecuador es muy competitivo y serían sensibles para México. Por ejemplo, en el sector de granos, hortalizas y frutas, y en el sector pesquero. Es importante también el tema de la triangulación, en lo que se refiere a normas de origen. No podemos tocar a los sectores de una manera independiente o aislada de los tratados que ya tenemos con otros países de donde podemos traer insumos o productos que se incorporen en las cadenas.
¿Cómo esperan que el acuerdo ayude a generar más inversión entre los dos países?
Aquello que provoca apertura en un sector y ayuda a elevar la competitividad atrae inversión local y extranjera que, a la vez, permite que se creen empleos. El acuerdo generará esas oportunidades y ese es el gran interés de México, queremos establecernos acá con inversión para que luego podamos aprovechar las preferencias y la vinculación que nos dará el estar posicionados en Ecuador y así suplir a terceros países en América del Sur.
¿Por qué genera tanto interés el bloque de la Alianza del Pacífico?
La Alianza del Pacífico no solo ofrece un espacio de libre comercio, hay otros pilares como el permitirnos libre tránsito de personas, de capitales, bienes y servicios. Eso genera beneficios en el ámbito financiero y en los mercados de valores. Además,al ser un bloque, nos ven diferente y con más fuerza en negociaciones, ya sea en espacios como la Organización Mundial de Comercio o frente a bloques de países asiáticos, europeos, entre otros. Esta iniciativa es importante porque ningún país debe bajar la guardia. Hoy que tenemos afuera a países que antes eran aperturistas y ahora quieren cerrarse. Hay que mandar señales al mundo de que creemos en el libre comercio.