A través de una circular, la Superintendencia de Bancos informó a las instituciones financieras del país que la calificación D y E en la Central de Riesgos ya no es impedimento para otorgar un crédito a los clientes.
Esa orden entró en vigencia desde ayer y, aunque no se reportó una avalancha de clientes en busca de créditos, sí hubo expectativa en quienes tienen problemas de pago actualmente.
Pablo Caicedo, quien cayó en categoría E luego de perder su trabajo se encontraba ayer en uno de los bancos de Quito, tratando de ver si efectivamente podría acceder a un préstamo, para pagar la cuenta pendiente. Lamentablemente, eso no fue posible.
“Volví a tener un trabajo, pero estoy menos de un año. Me dijeron que lo de la Central de Riesgos es solo un mecanismo de filtro para conceder el crédito. Ven otras cosas, entre ellas antigüedad en mi actual trabajo. No me queda más que seguir con los pagos de reestructuración de la deuda”.
En efecto, según explicó el presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), César Robalino, las instituciones financieras seguirán manejando sus evaluaciones de crédito tal como hasta ahora. “La Central de Riesgos es solo un parámetro. Nosotros tenemos varias herramientas para calificar a un cliente: si tiene ingresos y empleo permanentes, su situación financiera, su manejo de gastos, etc.”.
Para el ex superintendente de Bancos, Alfredo Vergara, el único peligro que vería es que los clientes morosos accedan a créditos y el control se vuelva muy laxo. “Es posible que se dé un ‘roll over’, es decir, que se contraiga un crédito para pagar otros. Eso sí sería algo muy peligroso para el sistema”.
Sin embargo, Robalino explica que no hay riesgo alguno, ya que las entidades financieras tienen un completo sistema de control, no basado únicamente en la Central. “Además, solo el 1% de la cartera total del sistema financiero está en categoría D y E. No hay de qué preocuparse y acataremos la orden de la Superintendencia”.
De hecho, la misma Superintendencia en su comunicado señala que las instituciones financieras que entregan créditos de consumo consideren como límite máximo del monto a conceder, que la cuota mensual o dividendo no sobrepase el 50% del ingreso promedio neto del cliente.
Por su parte Carlos Egas, gerente del banco D-Miro, dijo que la intención de la medida es que la calificación D y E ya no sea un factor vinculante a la hora de entregar un préstamo. “La Superintendencia no es que ha prohibido la funcionalidad de la Central de Riesgos sino que señaló que esta herramienta de cálculo ya no es vinculante. El objetivo es evitar que por este tipo de calificaciones no se de un crédito sino que se evalúe otro tipo de motivos con mayor ponderación”.
El banquero añadió que hasta ahora no se permitía que las entidades financieras concedan créditos con ese tipo de categorías. “Ahora los clientes que tienen mala calificación son sujetos de crédito. Cada entidad definirá su política para considerar qué factores son más importantes y qué no para prestar recursos”.
En todo caso, Robalino insistió que la medida no provocará la concesión de créditos no seguros.