El proceso de ensamblaje de vehículos en la fábrica de la empresa Ciauto, ubicada en la ciudad de Ambato. Foto: Modesto Moreta/EL COMERCIO
La industria automotriz y el Ministerio de Industrias y Productividad alcanzaron un acuerdo para incrementar progresivamente el componente local en los vehículos.
El porcentaje mínimo de integración nacional es actualmente del 5%, según el Acuerdo Ministerial 12392, vigente desde el 2012. Con el acuerdo alcanzado, el mínimo deberá llegar al 19% en tres años.
El aumento se llevará a cabo de forma gradual. En principio deberá alcanzarse un mínimo del 16% en un plazo aún por definirse.
Según datos del Gobierno, en promedio, la industria está ensamblando con un porcentaje de integración nacional de entre el 15 y 16%.
La propuesta de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae) es que se les permita a todas las ensambladoras llegar al 16% en un período de año y medio.
El acuerdo fue anunciado ayer, 9 de agosto de 2017, por la ministra de Industrias y Productividad, Eva García, durante la inauguración de la mesa sectorial Automotriz y Motos, del Consejo Consultivo Productivo y Tributario.
El convenio entrará en vigencia en un plazo inmediato, aseguró García. La cartera de Industrias prevé publicar el documento entre lunes y martes de la próxima semana.
La Ministra indicó que también está planteada la aplicación de una tabla arancelaria a las piezas y partes que requiere la industria, llamados CKD, que sea inversamente proporcional al porcentaje de componente nacional. Es decir, a medida que aumente el contenido local irá disminuyendo el arancel de importación, que actualmente es del 15%. “La aspiración es llegar a cero”, afirmó.
Sin embargo, esta propuesta aún deberá discutirse en el Comité de Comercio Exterior (Comex), aclaró García. Por lo que aún no hay un tiempo estipulado para que esta propuesta sea una realidad. “Debemos tener la opinión y el consenso de todos los sectores involucrados”.
Para el presidente de la Cinae, David Molina, este incentivo permitiría que la industria pueda competir en un mercado cada vez más abierto.
Durante el primer semestre del año, la industria comercializó 43 509 unidades. El gremio proyecta que en el 2017 se superarán las 80 000 unidades vendidas. “Esto significa que alcanzaremos niveles similares al 2015. Se prevé una recuperación”, indicó Molina.
El sector automotor ha sufrido una caída significativa en los últimos años. De 120 060 unidades que alcanzó a vender en el 2014, el año pasado a penas vendió 63 555.
Molina recordó que el decrecimiento de las ventas en 2016 fue por efecto de una caída de la demanda. A su juicio, este año ha mejorado la confianza del consumidor respecto a la situación económica del país, lo que ha impactado en un aumento de la demanda.
Uno de los temas que hoy afectan a la industria, según ensambladores, es la regulación del crédito que emitió la Junta de Regulación Monetaria y Financiera hace unos meses, cuyo efecto fue un incremento en la cuota de entrada, entre el 25 y 35% del monto total, para adquirir un vehículo.
Para las empresas autopartistas, que proveen componentes a los ensambladores, el éxito del incremento del componente local dependerá de que vaya acompañado de la disminución del arancel por importación de CKD.
Oswaldo Landázuri, gerente comercial de Metaltronic, una de las empresas de este sector, subrayó que un auto ensamblado localmente, que debe pagar 15% de arancel por CKD, no puede competir con un vehículo importado de Colombia, donde ese arancel es 0%.
Pero resaltó que el acuerdo alcanzado es muy beneficioso para el sector, al generar certidumbre para pensar en posibles inversiones a largo plazo y nuevas plazas de trabajo.
A la mesa sectorial también se llevaron otros planteamientos de la industria, entre ellos, un programa de desarrollo de proveedores, con líneas de crédito. Esto permitiría, explicó Molina, que la industria metalmecánica se integre al sector de autopartes, mediante las certificaciones requeridas.
Otros temas que planteó el sector fueron la eliminación del anticipo al impuesto a la renta (IR) o un cambio en la fórmula de cálculo, y la eliminación del impuesto a la salida de divisas (ISD).