El 23% de las empresas de comercio, construcción e industrias solicitó nuevos créditos en el primer trimestre del año. En el sector de servicios, la demanda fue del 15% de firmas. A estos resultados llegó la primera encuesta sobre oferta y demanda de crédito que realizó el Banco Central del Ecuador.
El principal destino de los créditos entregados a las empresas fue para capital de trabajo, para inversiones o para adquirir activos. El ex instituto emisor realizó 1500 encuestas en grandes, medianas y pequeñas empresas del país. Además de otras 138 en bancos, cooperativas, mutualistas sociedades financieras y la Red Financiera Rural.
El grueso de empresas que no pidió crédito (56% en el caso de comercio y 75% en servicios), principalmente, se debió a que no tienen necesidad o se financian con sus recursos.
De hecho, el estudio reveló que más del 70% de las empresas encuestadas coincide en que no es un buen momento para endeudarse y no prevé hacerlo en el segundo semestre del año
Esto es más marcado entre las grandes compañías, aunque en el sector de la construcción se destaca otro motivo: la actual situación del negocio. Entre el 7% y 11% ya cuenta con un crédito.
Específicamente, las Pymes de comercio consideran que las instituciones financieras no dan las facilidades necesarias para acceder a los préstamos.
Respecto al pago de deudas, en promedio, el 30% mostró dificultades para cancelarlas, sobre todo porque el nivel de ventas no es suficiente para cubrirlas. También, no se ha logrado recuperar las cuentas por cobrar. El sector que más limitaciones tuvo fue el de la construcción.
Este nivel de demanda contrasta con una mayor flexibilización de los esquemas de aprobación de créditos. Esta flexibilización se evidenció más en los segmentos de consumo y vivienda, en comparación con los productivos y de microcrédito.
Las tasas de interés de consumo, por ejemplo, son menos costosas para el cliente, mientras que en el sector de la vivienda hay más flexibilidad en los montos de crédito.
En estos dos segmentos, los factores que motivaron a esta menor restricción fue la mejora en el fondeo de recursos de las instituciones.
En los créditos productivos y microcréditos, en cambio, se evidenció, en una escala más abajo, una menor restricción en los plazos de pago.
Las solicitudes de nuevos créditos son más notorias en consumo y en microcrédito.