Una empleada privada asegura que trabaja más horas en casa que en la oficina. Foto: Flickr
Un estudio realizado por ONU Mujeres Ecuador y Telefónica Movistar revela que la carga de trabajo durante el confinamiento y la crisis ha incrementado para el 76% de mujeres en el país. Este resultado es parte de una investigación presentada este miércoles 1 de julio del 2020, en el marco de los Expo Digital Diversity que organiza Telefónica.
El trabajo titulado “Efectos de la emergencia sobre la vida de las mujeres: economía y cuidados” toma en cuenta la situación laboral y familiar de las mujeres ecuatorianas en la fase de confinamiento.
Por ejemplo, según el estudio, en Guayas, Pichincha y Manabí se profundiza la carga para un 65 y 90% de este segmento de población; en especial, en personas de 26 a 34 años de estrato social medio.
En cuanto a los arreglos y relaciones intrafamiliares sobre la organización de la vida cotidiana, el documento identifica que se mantienen o profundizan los roles de género, colocando en la mujer la responsabilidad exclusiva frente a las nuevas necesidades de cuidado de sus hijos e hijas en el confinamiento en el 56% de los casos.
A continuación presentamos el testimonio de Sara, quien labora en el área de compras públicas de una empresa proveedora de insumos médicos desde hace ocho años. Ella realiza teletrabajo desde el 18 de marzo del 2020, al igual que su esposo. Está casada y tiene un hijo de año y medio. Por la emergencia y las restricciones de movilidad, la persona que le ayudaba con su hijo dejó de ir a su hogar. Ahora Sara es quien cuida al niño en medio de su intensa jornada laboral.
“Combino una carga laboral más fuerte con el cuidado de mi hijo”
“Trato de que mi día esté perfectamente organizado. Armé dos jornadas una en la mañana y otra en la tarde. Me levanto a las 07:00, desayuno y me visto como si fuera a salir a la oficina. En ese lapso también despierto al bebé y lo alimento.
Mi jornada normalmente empieza a las 10:00, pero empiezo a trabajar desde las 08:00. Intento no comunicarme con la oficina hasta la hora de entrada, ya que ésas son mis horas más productivas. Sin embargo, ese tiempo extra no es remunerado y la final del día mi horario se extiende hasta la noche, a veces hasta las 22:00.
Desde que hago teletrabajo se incrementó la carga de trabajo. Hay más pendientes y los jefes envían correos o llaman a cualquier hora. Es como si hacer trabajo en casa significara trabajar 24/7.
Además, aunque mi esposo me ayuda en la casa y con el niño, me tocó sumar a mis pendientes las tareas del hogar. El 70% de las cosas las hago yo, una mínima parte la hace mi esposo. Eso no te lo dicen cuándo te envían a casa a trabajar.
Sin una persona que me cuide a mi hijo o me ayude a cocinar y limpiar, el trabajo durante el día se hace complicado. Mi jornada de trabajo suelen durar hasta las 22:00 o hasta cuándo mi jefe deje de enviar correos. Lo único que me tranquiliza es que no existe una reducción salarial en la empresa para la que trabajo”.
Bibiana Aído, representante de ONU Mujeres en Ecuador, detalló que las mujeres ocupan la mayoría de los cargos para “sostener la vida”. Esto porque la mayor parte de mujeres está en oficios relacionados al sector salud, cuidados directos a adultos mayores o trabajo remunerado del hogar.
Aído dijo que, de las mujeres en trabajos remunerados para el hogar, más del 70% no está registrado en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Además, indicó que existen porcentajes altos de mujeres adultas mayores y mujeres indígenas sin cobertura de salud o seguro.
Además, el estudio revela que 48 de cada 100 mujeres que estaban en relación de dependencia declararon haber sido separadas, despedidas o suspendidas de sus labores durante el confinamiento.