Washington intentaba ayer tranquilizar a los inversores del mundo entero a través de Hillary Clinton, en viaje a Hong Kong, cuando la cesación de pagos continúa amenazando a EE.UU., empantanado en un bloqueo político del Congreso sobre el incremento del límite de la deuda.
“Sabemos hasta qué punto es importante para nosotros y para ustedes (…). Tengo confianza en que el Congreso hará lo que hay que hacer, y llegará a un acuerdo sobre el techo de la deuda (y luego) trabajará con el presidente Obama en medidas que mejoren nuestras perspectivas presupuestarias a largo plazo”, dijo Clinton en Hong Kong.
Esas declaraciones tuvieron lugar tras un largo fin de semana de negociaciones en el Congreso, en las que los legisladores intentaron en vano llegar a un acuerdo para autorizar una elevación del techo de la deuda, estimada en USD 14,3 billones, y evitar una cesación de pagos antes del 2 de agosto, pasada la cual ya no podría honrar todas sus obligaciones.
Con la esperanza de encontrar una puerta de salida, los líderes demócratas del Senado propusieron ayer un plan que prevé una subida del techo de la deuda hasta 2013, acompañada de una reducción de los déficits de 2,7 billones de dólares.
El plan fue apoyado inmediatamente por la Casa Blanca, a la espera de una reacción de los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes.
Si los republicanos “rechazan esta oferta, eso quiere decir que quieren un default”, afirmó el senador Charles Schumer, mientras que el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, advertía a los republicanos que “la pelota está en su cancha” y saluda sin reservas ese plan “razonable”.
Obama tenía previsto hablar a la nación en la noche de ayer sobre la forma de “evitar un ‘default’ y la mejor forma de reducir los déficits”, a precisó Jay Carney en su cuenta oficial Twitter.
Más temprano el presidente estadounidense había reiterado su llamado a tener un enfoque “equilibrado” para luchar contra los déficits, esperando que los más acomodados contribuyan a pagar su “ justa parte”.