Trabajos en el Coca-Codo Sinclair se reanudan

Ayer, 16 de diciembre del 2014, fue sepultado en Lumbaqui Ángel Mejía de 19 años, quien falleció en el percance. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.

Las actividades laborales tienden a normalizarse en la construcción del proyecto hidroeléctrico Coca-Codo Sinclair, aunque las demandas presentadas por los trabajadores esperan una respuesta por parte de la empresa constructora Sinohydro.
Los obreros retornaron ayer, 16 de diciembre del 2014, a sus puestos de trabajo en el frente conocido como el de la Casa de Máquinas, ubicado en Sucumbíos. En horas de la madrugada, cinco buses trasladaron a los 280 obreros a la zona donde ocurrió el accidente la noche del sábado pasado.
Ese día un acuífero se filtró hacia el pozo de presión, lo que ocasionó un derrumbe. La presión del agua provocó que los obreros sean arrastrados por la corriente. El incidente dejó a 10 trabajadores ecuatorianos y tres chinos muertos. Además, de 12 obreros heridos que se recuperan en los hospitales Carlos Andrade Marín de Quito, Lago Agrio y El Chaco.
Según Michael Vera, que participó en representación de los trabajadores en los diálogos con las autoridades, sus compañeros retornaron a cumplir funciones de limpieza dentro del túnel y en otros frentes.
Las labores asignadas se realizarán hasta que la junta investigadora indique si se continúa laborando en el túnel de presión o no. “Esperaremos el informe de los técnicos en esta emblemática obra”.
Los obreros indicaron que en los próximos días se reunirán con los representantes de la empresa china Sinohydro, para conocer sobre las peticiones presentadas el pasado lunes, entre ellas, mejorar el sistema de seguridad, adecuar zonas recreativas, contar con estabilidad laboral y recibir mejor atención por parte de técnicos asiáticos y locales.
“Las conversaciones se realizarán en estos días hasta firmar un acta de compromiso. Un grupo de compañeros recibió charlas de seguridad industrial en la mañana y continuarán los próximos días”, contó Vera.

Las indemnizaciones
Los familiares de los nueve trabajadores fallecidos esperan recibir las indemnizaciones. Los rubros serán utilizados para cubrir los gastos fúnebres, el pago de deudas adquiridas en instituciones bancarias y la recuperación de los heridos. “Antes de fallecer mi hijo Armando pagó una letra del préstamo que realizó en el Banco del Fomento por USD 10 000. No sabemos qué va a pasar o cuándo nos darán esos dineros”, contó Oswaldo Moya padre de Armando.
El cuerpo de su hijo fue velado en los exteriores de su vivienda, ubicada en el centro del cantón El Chaco perteneciente a Napo. El féretro se encontraba cubierto con una bandera de color amarillo y rojo del equipo barrial Aucas. Tres pequeñas velas y flores rodeaban el ataúd del albañil, de 31 años. “La noche que ocurrió el accidente escuchamos un fuerte sonido en la casa. Con mi esposa pensamos que fue el volcán Reventador o un choque en la carretera. A la mañana siguiente me enteré que mi hijo murió”, dijo Oswaldo entre lágrimas.
El cuerpo de Armando fue enterrado la tarde de ayer en el cementerio del cantón.
Mientras, que el resto de cadáveres fueron traslados a sus lugares de residencia en Chimborazo, Cotopaxi, Nueva Loja, Napo y Los Ríos.
En la casa de salud ubicada en El Chaco se recuperan tres heridos y uno fue trasladado al hospital del IESS en Quito ayer en la tarde.
El lesionado Víctor Riera contó que su traspaso se debe a los problemas de visión en sus ojos y el intenso dolor en su cabeza. Riera, de 32 años, se encontraba ayer acostada en una camilla.
Junto a su esposa Clara, el obrero solicitó a una funcionaria del proyecto se les indemnice y le ayuden en su recuperación. “No puedo ver bien luego del tratamiento oftalmológico que me realizaron. El dolor es intenso. Quiero que la empresa se responsabilice por mi salud”.
A pocos metros se encontró Luis Moya que tenía puestas unas gafas negras y su pierna derecha estaba enyesada. Los amigos le consolaron luego de enterarse de la muerte de su compañero Armando. “Siempre me habló de Dios y su palabra. Fue una gran compañía y persona hasta que lo conocí”, dijo Moya. En una habitación contigua se encontraba Kléver Montoya acompañado de su madre Hermelinda García. La mujer arribó la mañana del domingo desde Ventanas en Los Ríos.
Montoya, de 31 años, tiene moretones y lesiones en su rostro y cuerpo. “Dicen que me quieren enviar a la casa a recuperarme. Pero con mi madre demando que nos firmen un documento donde se comprometan a cubrir todos los gatos de la recuperación. Sano vine y así quiero volver”, comentó.
Mientras, las funcionarias de la compañía apuntaban en un cuaderno las demandas de los heridos.
“El seguro social cubre todos los gastos y recibirán un sueldo como dictamina la ley”, dijo la funcionaria que solicitó no ser identificada.
En contexto
El proyecto hidroeléctrico Coca-Codo Sinclair fue adjudicado a Sinohydro por un contrato de USD 1 979 millones, pero más los costos de fiscalización la obra superará los 2 200 millones. La hidroeléctrica deberá entregar energía desde marzo del