En una conversación con Ariel Londinski, secretario de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale), se analizó el estado actual de la producción de leche en Ecuador y su contexto regional.
Con un enfoque en la autosuficiencia del país y los bajos niveles de consumo interno, este médico veterinario, de 52 años, ofrece una visión integral sobre los desafíos que enfrenta el sector lácteo.
Además, destaca la necesidad de promover el consumo de productos lácteos como el queso y el yogur, claves para combatir la desnutrición infantil. En un escenario donde el país tiene un potencial significativo para la producción y exportación, Londinski plantea un llamado a la acción de los sectores público y privado para impulsar la productividad y un mayor consumo.
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¿Cómo ve la producción de leche en Ecuador en el contexto regional?
Ha ido creciendo hasta el 2020 y luego se nota cierto estancamiento. Ecuador es un caso particular porque es relativamente autosuficiente, no participa ni en importación ni exportación más allá de números marginales. Sin embargo tiene un consumo per cápita que está entre 100 /110 litros por habitante por año cuando la recomendación es entre 150 y 180, números que sí alcanzan Uruguay, Argentina, Costa Rica, Colombia y Brasil. Es decir, todavía hay un importante trabajo de promoción de consumo interno para alcanzar los mínimos necesarios. Ecuador tiene cifras preocupantes de desnutrición infantil, donde siempre el gran aliado en el que se piensa es la leche.
¿Por qué no se logra ampliar el consumo interno?
El consumo de leche como cualquier otro producto de la canasta básica fluctúa según el momento económico del país. Es algo que observamos en todos los países. Sin embargo, uno de los puntos que muestran los estudios que hemos realizado es que el consumo de queso es uno de los factores a promocionar en países donde no está tan arraigado, como sí pasa en Argentina o Uruguay, en donde el consumo del queso es realmente alto.
¿A qué apuntan para incrementar el consumo de queso?
Hay un antecedente: en el sur hay descendientes de italianos, suizos que trajeron la tradición. Pero más allá de eso es importante una campaña de promoción que llegue a estratos medios con información de la nutrición 100% científica. La leche, el queso, el yogur son aliados para prevenir una cantidad de dolencias, no solo en la niñez. Estoy pensando en la osteoporosis, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus, etcétera. Es importante hacer campañas a nivel médico y de nutrición.
Está ampliamente demostrado que el consumo de leche y lácteos en edades tempranas y en la adolescencia van a repercutir en la salud del resto de la vida de la persona.
Esto tiene especial énfasis en las mujeres por la osteoporosis. Pero también en la mujer embarazada y lactante para cuidar sus reservas óseas e incluso musculares.
¿Cómo lograr una mayor producción y que vaya de la mano de más consumo?
El potencial que tiene el país es realmente importante, tomando en cuenta que tiene una diversidad de climas, hábitats, hay tradición, conocimiento en la altura, en el llano, varias razas y prácticas. Uno de los elementos centrales a trabajar es la productividad. Vemos que el promedio nacional está en seis y medio a siete litros por vaca. Ese es un parámetro que sería importante crecer con los mismos recursos, es decir, la misma cantidad de animales y tierra se puede crecer considerablemente aplicando mejoras genéticas, nutrición y apoyando a los productores con capacitación.
Si la leche no se consume internamente…
Es importante tener en paralelo un trabajo para ver dónde se va a ir esa leche. Si no se consume internamente habría que buscar los mecanismos para la exportación. Ecuador sí se viene preparando, pero no es un trabajo a corto plazo, más bien a mediano, porque luego de hacer las inspecciones sanitarias, la apertura de mercados y concretar negocios es un trabajo casi de hormiga donde se va ganando confianza.
Ecuador es un país que puede proveer a muchos otros que demandan leche. Un dato importante: la demanda de leche a nivel internacional crece de forma sostenida en 2% por año. Hay varios bloques en los que se ha estancado su producción, como Europa, Nueva Zelanda, el primer exportador de leche del mundo también está en una situación de estancamiento por situaciones regionales. La pregunta que uno se hace: ¿Cuáles son las regiones que pueden abastecer esta creciente demanda mientras algunos bloques se frenan? América Latina es una región que tiene todo para crecer y proveer esta demanda creciente.
¿A qué países puede mirar Ecuador para proveer de leche?
Los grandes compradores son los países asiáticos, encabezado por China y, del sudeste asiático: Vietnam, Indonesia, Filipinas, también Corea. Son países, en donde está creciendo su consumo y su producción no tanto. En esos países se está dando un cambio cultural, una occidentalización podríamos decir de los hábitos de alimentación y los lácteos se están posicionando. Otros bloques o lugares donde existe demanda de lácteos es en los países del norte de África y México, que es un importador muy grande, incluso, países de nuestra región, como Perú, Chile, Brasil, los países de centroamérica.
Ecuador ya cuenta con acuerdos comerciales con China y Corea…
Los acuerdos que incluyen lácteos ayudan a llegar con aranceles más económicos, pero una vez que existe es necesario una colaboración de la política pública en preparar a la cadena agroindustrial lechera para la exportación. Es un trabajo mancomunado del sector público y privado. El público es el que va a realizar las negociaciones comerciales y abrir los mercados, pero el sector privado tiene que estar preparado en todos sus aspectos para comenzar a cubrir esos mercados. Estamos hablando también de que tiene que haber un aumento de la producción para que haya excedentes para la exportación.
¿A cuánto debe ascender la producción por vaca, porque siete litros de promedio no es muy competitivo?
No hay un número, pero sí podemos decir que es un promedio relativamente bajo, cuando hay países de la región que alcanzan 15 hasta 18 litros, en promedio. Aunque sí conozco productores que tienen productividades más eficientes. Si decimos que cada vaca aumente un litro de su producción ya sería un incremento productivo considerable y eso es alcanzable sin aumentar recursos.
¿Qué expectativas hay para tratar de encontrar una mayor estabilidad en los precios de la leche para los próximos años?
Los precios se han mostrado muy volátiles por situaciones a nivel internacional, que son difíciles de prever o de manejar. La pandemia afectó a los precios primero a la baja y después a la subida. La inestabilidad geopolítica: la guerra entre Ucrania y Rusia, que generó primero un aumento y luego una disminución. Ahora tenemos toda esta situación de inestabilidad en Oriente Medio.
Los precios también se han visto afectados por las dificultades que pasa China. Es un país que compra muchísima leche y cuando la economía china se retrae también se retraen las compras. La guerra de Ucrania y Rusia afecta a los granos y a la urea, insumos para la producción de leche o el precio del petróleo siempre va a terminar afectando los precios de los alimentos en general y de la leche.
Es importante ir tomando en cuenta estas previsiones de que los precios van a ser volátiles y siempre va a haber eventos que empujen hacia arriba o hacia abajo. La curva sube y baja permanentemente.
El precio internacional de la tonelada de leche en polvo entera está en 3 400 dólares. Es un precio bajo, pero no demasiado bajo como en otros momentos. Siempre la expectativa, ya sea de eventos climáticos, geopolíticos o situaciones bélicas ha demostrado que mueve los precios.
El ingreso de leche de mala calidad por las fronteras es otro problema ¿Qué solución le daría?
Es una situación preocupante en todos los países. Nuestras fronteras son bastante permeables y ahí es el trabajo junto al Estado, las aduanas, las autoridades fronterizas. Uno podría decir que el contrabando de productos alimentarios, además, generan un riesgo sanitario para la población y para el ganado, porque puede haber traslado de enfermedades de un país a otro, especialmente, si el país se prepara hacia la exportación. El estatus sanitario es algo que cuidar como un tesoro, entonces se requiere tener fronteras seguras donde no haya traslado de sobre todo de un alimento tan sensible, en términos biológicos, como lo es la leche que se puede contaminar y que puede ser vehículo de enfermedades para el ganado.
Ecuador ha enfrentado una sequía prolongada, que ha evidenciado que los productores no están listos para cambios climáticos ¿Cómo prepararse a futuro?
Sí. La sequía que aún están viviendo no solo afecta la producción ganadera sino agrícola. Existen soluciones que se pueden manejar. Hay que tener en cuenta que la vaca es un animal reciclador en gran medida, es decir, tiene la capacidad de alimentarse de una cantidad enorme de productos que no son consumibles por el ser humano. Muchas veces debemos estar preparados para tener alternativas de alimentación que no sean las producidas en el propio establecimiento. Para eso juegan un rol importante los sistemas asociativos, cooperativos, gremiales, las asociaciones de productores. Todos pueden buscar alternativas nutricionales para los animales en conjunto, ante eventos climáticos.
En situaciones de sequía se ponen a disposición cultivos que no han rendido y que no salen al mercado y se pueden destinar a alimentación animal. Hay que trabajar en todo lo que tiene que ver con la mitigación del estrés calórico, el manejo del bienestar animal y demás que ayuda mucho a que las vacas estén en situaciones más confortables y puedan producir mejor.
¿A qué cultivos se refiere?
Cuando hay sequía, hay cultivos que bajan de rendimiento como el maíz y la soya que se dañan y esto podría ser recolectado para nutrición animal. Hay experiencias en otros países muy interesantes como en el Chaco paraguayo, una región semidesértica donde hay producción ganadera y lechera. Los productores se han adaptado a este tipo de clima con la recogida de agua cuando hay lluvia, además del riego. Lo que estamos viendo son eventos extremos más frecuentes y más extremos, entonces las políticas públicas también tienen que ser parte.
Hoja de vida
- Ariel Londinsky es uruguayo. Es secretario de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale), con sede en Montevideo (Uruguay).
- Es médico veterinario con un posgrado y diplomado en las universidades de San Martín y Ceace, de Argentina. Es coordinador de la Comisión Científica de los Congresos Panamericanos de la Leche (ediciones 2012 al 2024).
- Integra el grupo de gobernanza del Marco de la Sustentabilidad Lechera Global y es parte del grupo de trabajo del laboratorio de políticas lecheras de la FAO.