El presidente Lenín Moreno (c) con la directora del FMI Kristalina Georgieva. Foto: archivo / EL COMERCIO
Ante la caída de ingresos petroleros y tributarios del 2020, que elevó el hueco fiscal a USD 8 000 millones, el Fisco buscó renegociar la deuda en bonos para tener menos presiones de pago a corto plazo.
Según el exministro de Finanzas, Richard Martínez, esta decisión -además- ayudó a que se abran más fuentes de financiamiento para el Ecuador.
Hasta julio pasado, los bonos ascendían a USD 17 375 millones y representaban el 32% de toda la deuda del país.
La renegociación consistió en reemplazar con tres nuevos papeles los 10 bonos anteriores. Ecuador no había canjeado deuda desde el 2000.
El diálogo del Gobierno con los acreedores comenzó el 2 de junio y culminó el 31 de agosto con el canje de los papeles. Para Finanzas, el proceso dejó cuatro beneficios.
Primero, permitió reducir el capital de la deuda en alrededor de USD 1 500 millones; segundo, se redujo la tasa de interés promedio del 9,3% a 5,2%.
El tercer beneficio fue que los vencimientos se extendieron por 10 años más.
El cuarto fue que, por el cambio en el cronograma de pagos, el Fisco pospuso el pago USD 1 060 millones de intereses que debía hacer este año.
Miguel Ricaurte, economista del Banco Itaú, considera que si Ecuador caía en moratoria, no hubiera podido alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le permitió acceder a un monto de USD 6 500 millones hasta el 2022.
“El acuerdo con el FMI dependía de que se tomen medidas de consolidación fiscal y reducción de deuda. Con la renegociación, el Gobierno demostró que no le daba la espalda a sus compromisos”, señaló.
Debido a la falta de ahorros, el Fisco enfrentó la crisis con deuda, lo que elevó el peso de las obligaciones en la economía al 65% en este año.
Los recursos de los multilaterales fueron claves. De USD 10 879 millones conseguidos en financiamiento hasta el 29 de diciembre pasado, 7 347 millones llegaron de esos entes.
La entidad que entregó más recursos este año es el FMI, que desembolsó USD 4 643 millones entre mayo y diciembre de este año.
Otros organismos como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) también entregaron más recursos que el año pasado.
Los dineros se destinaron para la atención de sectores vulnerables, salud y atrasos.
Con China, el Ministerio de Finanzas tenía dos estrategias: lograr un alivio en los pagos y nuevo financiamiento.
En cuanto al primer objetivo, se logró reprogramar obligaciones por USD 891 millones en 2020 y parte de 2021. Pero el Gobierno no logró concretar préstamos nuevos. El financiamiento de USD 1 400 millones dependía de que se concrete una operación de venta de crudo, que no se dio.
Magdalena Barreiro, exministra de Finanzas, cuestionó que se haya buscado esta deuda, por las condiciones onerosas con las que el país asiático otorgó préstamos a la anterior administración. El reto del siguiente Gobierno -dijo- es buscar un mayor equilibrio en las cuentas fiscales para que el peso de la deuda se reduzca, al menos, desde el 2025.