Oficinas atenderán normalmente como BNF hasta octubre. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Desde su creación en 1928, el Banco Nacional de Fomento (BNF) ha pasado por una serie de cambios tanto de nombre como de objetivos. Nació como Banco Hipotecario del Ecuador y 15 años después cambió a Banco Nacional de Fomento Provincial.
En marzo de 1974 se definió su misión con la expedición de la Ley Orgánica del Banco Nacional de Fomento. La Ley de Reordenamiento Económico (Trole II) promulgada en el 2000 reestructuró a la entidad de forma integral, con cambios como la inclusión de un seguro agropecuario para los clientes.
Hasta abril pasado, el BNF manejaba activos por USD
1 623 millones y una cartera bruta de créditos por 1 107 millones, concentrados en dos grandes rubros: microempresas (52%) y comercio (39%). La morosidad está en 13,8%, la más alta en la banca pública.
El grueso de los préstamos del BNF se concentra en actividades agropecuarias y pesqueras. Así, en el 2014 entregó por ejemplo USD 90 000 a 156 agricultores de Chone (Manabí) para la compra de animales; USD 276 000 a un grupo de 66 campesinos de Alausí (Chimborazo) para la cría de ganado vacuno; o USD 55 460 a dos campesinos de Yaguachi, en la provincia del Guayas, para el cultivo de arroz en cáscara.
En el agro del Litoral hay una mezcla de expectativa y desencanto sobre el banco estatal, que tras la firma del Decreto del 13 de mayo pasado pasará a llamarse Banecuador.
En los predios arroceros del cantón Daule (Guayas) muchos campesinos no conocen todavía del cambio. Johnny Huacón, dueño de dos hectáreas sembradas con arroz en la vía Daule-Nobol se mostró escéptico sobre el nuevo banco público. “Hace dos años intenté hacer un préstamo de USD 10 000 para adquirir un terreno. Me dijeron que el avalúo del terreno era muy alto y no me aprobaron”. Desde entonces este productor no ha vuelto a intentar acceder a otro préstamo de la entidad. El BNF tiene actualmente 346 000 clientes.
En el campo, las asociaciones de productores ya se reúnen o llaman a sesiones de sus socios para empaparse sobre la creación del nuevo banco. “El lunes (18 de mayo) convocamos a los socios para conversar con un técnico del BNF sobre el cambio. No sabemos qué pasará con los préstamos que mantenemos”, mencionó Jaime Garaycoa, secretario de la Asociación de Productores de Arroz de Nobol.
El decreto que creó al Banecuador estipula que su matriz se ubicará en la ciudad de Quevedo, en Los Ríos. Además de las sucursales, agencias, oficinas y ventanillas de extensión de servicios con los que atiende el BNF, la nueva entidad extenderá sus servicios a través de la figura de corresponsales no bancarios.
En el país esa figura la utilizan bancos privados desde el 2008, como una estrategia para llegar directamente a los barrios de las zonas urbanas y rurales con servicios básicos, como retiros y depósitos menores o consultas.
En localidades campesinas como Salitre y Daule los servicios del BNF tienen gran demanda de agricultores que se dedican al cultivo de arroz. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Banecuador también ampliará su oferta crediticia. Así, además de los préstamos a las micros, medianas, pequeñas empresas y asociaciones de los sectores productivos, también ofrecerá créditos hipotecarios, prendarios y quirografarios.
El directorio de la nueva entidad financiera deberá conformarse este mes de mayo y definir los parámetros para las nuevas líneas de créditos, con la autorización de la Junta Monetaria y Financiera.
El nuevo banco público empezará a operar dentro de seis meses. Freddy Monge, gerente general del BNF, explicó el 11 de mayo pasado que la función de los 2 600 empleados estará más dirigida al campo. La propuesta es que al menos 2 000 funcionarios que pasen al Banecuador trabajen directamente con los productores.
Para que lo anterior funcione, en julio o agosto arrancarán las capacitaciones con el personal existente, con la finalidad de que cumplan el perfil requerido por el nuevo banco, que empezará a atender al público desde noviembre próximo.
El BNF tiene a la fecha 155 agencias. Solo en Guayas la entidad atiende con 21 sucursales, cuatro de ellas en Guayaquil. En la zona rural los cambios todavía no se reflejan en la atención de las sucursales.
La mañana del pasado viernes un grupo de campesinos esperaba sentado en el exterior de la agencia del BNF en el centro del cantón Salitre (Guayas). Adentro, Paola León, ejecutiva de Operaciones, asesoraba en la apertura de nuevas cuentas. “Ya conocemos del tema, nos han enviado circulares, pero no hemos tenido mayor información. Por ahora el proceso es igual, trabajamos normalmente hasta tener un cronograma definido para el cambio”.
En la pequeña sucursal de Salitre se abren un promedio de 25 cuentas a la semana, dice León. Allí, la mayoría de los préstamos es para los sectores ganaderos y arroceros.
Banca
Hasta abril, la entidad manejaba una cartera bruta de crédito por USD 1 107 millones y 346 000 clientes. La transición a Banecuador se hará hasta octubre próximo.