Una familia camina por el Centro Histórico de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Las mesas del restaurante de comida tradicional “¡Hasta la vuelta!, Señor”, en el Centro Histórico de Quito, solían recibir entre 80 y 100 clientes al día, antes de la pandemia del covid-19. La mayoría, turistas.
El restaurante dejó de atender el 16 de marzo del 2020 por la emergencia sanitaria y este mes de julio del 2020 su propietario intentó operar de nuevo.
Pero el intento falló, cuenta Marco Bedoya, dueño del local. “Al día llegaba una o dos personas, así que en menos de una semana ya dejamos de abrir, porque no era rentable. Además, nuestros empleados estaban corriendo riesgo al venir, porque el Centro Histórico está muy peligroso, hay mucha inseguridad”.
Bedoya detalla que no pudo incursionar en la venta a domicilio porque el mercado se saturó y el giro del negocio no se adaptaba a esa modalidad. El restaurante solía recibir un flujo de USD 60 000 al mes, pero ahora, su propietario está buscando un crédito, porque no quiere perder su negocio.
“Hasta abril mi déficit ya era de USD 90 000. Necesito por lo menos USD 100 000 para reactivarme, el problema es que no es fácil el trámite para tener un crédito, pero tengo fe, mi restaurante va a volver a abrir”.
Joffre Echeverría, presidente del Buró del Centro Histórico, que representa a unos 30 negocios del rubro turístico y de alimentos de la zona, señala que varios locales ya han sido desocupados, porque la paralización de actividades no permitió a los negocios cumplir con el pago de arriendos.
Él añade que se requiere un plan urgente para que esta zona se recupere, puesto que la delincuencia, el desorden y la basura se han incrementado en los meses de emergencia.
El impacto negativo en los negocios de Quito, por la emergencia, se refleja en la contracción de la recaudación de impuestos.
El 2020 arrancó con indicadores positivos de actividad económica en la capital, pero luego se fue desacelerando hasta registrar fuertes caídas en abril y mayo.
De acuerdo con datos del Servicio de Rentas Internas (SRI), la recaudación de tributos en Quito llegó a USD 369 millones en mayo del 2020, el peor mes en el primer quimestre del año.
Lo alcanzado en ese mes fue casi la mitad de lo que se recaudó en enero, por ejemplo. Y si se compara con lo recaudado en mayo del 2019,el monto cayó un 36%.
Durante cinco años, María Gracia Robles ha trabajado para que su marca de ropa crezca. El año pasado, la diseñadora abrió una tienda colaborativa en Quito, en donde vende sus prendas y da espacio a otros diseñadores para que muestren sus creaciones.
La facturación en la tienda antes de la pandemia bordeaba los USD 2 000 al mes. “En estos meses de la emergencia no se vendió casi nada. Si hubo una o dos ventas, no se puede decir que eso es facturación porque no es representativo”, dijo.
En marzo, Robles acababa de sacar una nueva colección de prendas de estilo formal. La mercadería no se vendió y la inversión no se recuperó. En mayo, por el Día de la Madre, hubo una leve reactivación.
La diseñadora cuenta que tuvo que cambiar el tipo de prendas que ofrecía y eso le ha permitido volver a recibir ingresos. En junio comenzó a diseñar pijamas y buzos. “Ahora vendo más en volumen, pero son prendas más baratas”.
David López, jefe técnico de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), comenta que la crisis derivará en una caída de ventas de un 30% en el 2020. La caída de la recaudación llegaría USD 2 200 millones, añade.
“A nivel de ciudades, Quito representa 45% de la afectación en ventas y en empleo por la pandemia. Hasta junio, en Quito se perdieron 100 000 empleos y USD 6 500 millones en ventas”, explicó.