No solo las compras en los centros de consumo se multiplican durante la temporada navideña, sino también otros negocios que giran en torno a esta fecha especial.
Los principales son los lugares de recepciones, los servicios de catering y el alquiler de menaje. Paúl Checa, gerente comercial y de eventos del Grupo Barlovento, explica que en los últimos años se ha dado un fenómeno curioso y es que los eventos ya no se programan con anticipación, (de tres o cuatro meses) como sucedía antes. “Las empresas programan sobre la marcha sus pedidos. Esperan a ver qué sucede en la economía y en sus coyunturas y luego deciden para saber qué tipo de agasajos realizan. Son eventos que salen de hoy para mañana”.
Según su análisis de mercado, al año se crean entre 14 y 20 empresas nuevas de catering, lo que hace que el mercado se reparta entre más actores. “Repartiendo el mercado hacia toda la brecha de proveedores que existimos. “Navidad es el mes de la venta por excelencia, no solo en nuestra rama, sino en todos los tipos de negocios”.
En el caso de Barlovento, que tiene 41 años en el país, su ‘staff’ de 150 personas le permite enfrentar cualquier reto. Desde eventos para dos personas hasta programas de 5 000 personas.
Por su parte, en Vajivalle, las ventas en la temporada navideña crecen en un 200%. La empresa, ubicada en San Rafael, ofrece alquiler de vajillas, cristalería fina, carpas, mantelería, sillas vestidas, entre otros. Según Danny Cerón, administrador del negocio, durante la época de fiestas atienden 200 eventos cada semana, mientras que en los meses de menor movimiento entre 30 y 50.
“Damos servicio en reuniones familiares y corporativas. Por estos días hemos trabajado en asados navideños, eventos de cierre de año, entre otros. Cuado vamos a atender compromisos grandes, de unas 2 500 personas por ejemplo, hacemos alianzas estratégicas con otras empresas que nos alquilan los insumos”.
A través de este mecanismo generan empleo indirecto. Mientras que de forma directa la empresa da trabajo a nueve personas. Pero en esta época del año, la firma emplea a dos o tres trabajadores adicionales y contrata un vehículo, además del que ya tiene para el traslado del menaje.
“La gente no solo busca precios convenientes, sino calidad en los servicios”. Así lo afirma Belén Maldonado, gerenta de eventos de La Casa del Marqués, un salón de recepciones ubicado en pleno Centro Histórico de Quito.
La casa Oe6-176, que data de 1747, muestra en su parte exterior varios locales comerciales similares al resto de la zona céntrica. Sin embargo, al ingresar, un amplio patio central, estilo español, recibe a los visitantes. En los pasillos se observan joyas de la imaginería quiteña, como es el caso de una Virgen de Legarda.
En ese lugar, diciembre representa la temporada alta de eventos. Este año se dio servicio desde los primeros días del mes hasta el fin de semana antes de Navidad.
Con relación a otros años ha habido mayor demanda, pero el lugar no pudo atender a todos porque las reservas debían realizarse previamente. Los festivales taurinos, por ejemplo, se organizan con seis meses de antelación y las recepciones con mes y medio. La empresa da empleo a 15 personas y cuando hay más trabajo subcontratan a otras dependiendo del evento que se vaya a realizar.
Alta demanda en servicios de transporte y comida
Decenas de pancartas y anuncios promocionan en las calles de Quito la preparación de pavos. Este es uno de los negocios que proliferan por la temporada navideña.
En la casa de Washington López, sin embargo, este negocio ya se ha convertido en una tradición y la principal actividad de su familia desde hace 26 años.
En esa época, su padre levantó la empresa Westfalia de venta de pavos horneados en el sector de El Batán y la Rumiñahui.
Actualmente, durante la Navidad, la empresa que cuenta con siete empleados prepara alrededor de 200 pavos. Es el período que más ingresos genera y que sostiene a la firma durante el primer trimestre del año siguiente.
La preparación del producto en horno de leña cuesta entre USD 70 y USD 170, incluido el pavo, dependiendo del volumen y si contiene o no relleno. El proceso demora tres días.
Al igual que López, Edwin Proaño trabaja en esta temporada preparando pavos.
Como chef de profesión, se dedicó a este servicio desde hace tres años para generar un ingreso adicional en su hogar.
Durante la temporada hornea 50 pavos y el costo de la preparación varía entre USD 15 y USD 50. La receta la aprendió de niño de su madre. En aquella época no era común la cena navideña. Proaño cuenta que en los últimos años, además de subir la demanda del producto, también ha aumentado la competencia.
Otro servicio altamente demandado en la temporada navideña es el transporte en taxi. Alrededor de los centros comerciales y en calles céntricas de Quito como las avs. Colón, Amazonas o Juan León Mera, un cliente puede tardar más de 15 minutos en tomar un unidad.
El gerente de la empresa de taxis ejecutivos Taxirayo, Marco Ninacuri, explica que es el tiempo mínimo que demora un auto cuando se solicita por teléfono.
Con las 150 unidades que dispone la empresa, no se dan abasto con la demanda de usuarios. Calcula que la empresa realiza al menos 900 carreras al día en esta temporada entre las 06:00 y 20:00. También los ingresos de los conductores aumentan de USD 40 diarios hasta USD 80.