Dos grandes ejes han marcado con fuerza la agenda entre Ecuador y China en los últimos dos años: el financiamiento y la energía (petróleo y electricidad).
El Ecuador mantiene una deuda de USD 7 200 millones con China, equivalente al 13% del PIB nacional que en el 2010 alcanzó los USD 57 978 millones.
Con ese monto, el gigante asiático encabeza la lista de acreedores de la deuda externa del país.
Los préstamos con la segunda economía más importante del mundo se han concretado por tres vías: las ventas anticipadas de crudo, los créditos de libre disponibilidad y los préstamos directos para proyectos de generación.
El primer hito en esta historia crediticia se dio en julio del 2009, cuando la cartera de Finanzas anunció la venta anticipada de 69 millones de barriles de petróleo a China, durante dos años, a cambio de la entrega inicial de USD 1 000 millones, con una tasa de interés anual del 7,25%, a favor del gigante asiático.
Para aquella época el planeta lidiaba con una fuerte crisis financiera y, como consecuencia, el precio del petróleo cayó. Así, los ingresos del Estado ecuatoriano también se vieron diezmados, tras lo cual se buscó a China como principal financista.
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