Entrevista al catedrático Wilson Araque.
Diciembre es un mes de fuertes gastos. ¿Cómo organizarse para no quedar con saldos en números rojos?
Hay que ser un consumidor inteligente. El primer paso es manejar un presupuesto básico.
¿Qué elementos hay que tomar en cuenta para organizar este presupuesto básico?Los ingresos, los gastos y lo que queda (conocido técnicamente como flujo de caja). Dentro de los primeros están el sueldo mensual, el decimotercero y los bonos en dinero, si se lo recibe. En el segundo grupo están los gastos que se hace todos los meses (servicios básicos, pensiones, salud, etc.). Los egresos se restan de los ingresos y se obtiene un resultante.
¿Qué expresa este saldo?
Es el monto que en realidad se debiera utilizar para los gastos por fiestas, Navidad y Año Nuevo.
Pero puede ser un valor reducido en comparación a todos los ingresos de ese mes.
Depende de las finanzas de cada persona. Y si fuera un monto bajo no es malo, ya que la persona puede utilizar estrategias que hagan útil ese dinero.
¿Cómo cuáles?
No es cuestión de fórmulas sino de comportamientos. En primer lugar, hay que preguntarse qué necesito realmente. Luego, al llegar la hora de comprar, hay que analizar la relación precio–calidad; eso permitirá elegir el producto preciso a comprar.
Suena fácil decirlo, pero el bombardeo consumista arrastra a comprar…
No niego ese planteamiento, puede suceder. Pero si uno se ve en la necesidad de, por ejemplo, dar regalos a todas las personas que conoce, hay que recurrir a otras medidas que no necesariamente están relacionadas con la adquisición de productos.
¿A qué se refiere?
A desarrollar habilidades. Una persona que sabe cocinar bien puede regalar dulces; o si sabe realizar manualidades, puede dar adornos, tarjetas. En el caso de la fiesta ‘per se’ se pueden organizar reuniones en casa para no gastar en bares, restaurantes, hoteles, etc. La colaboración de todas las personas que acudan a la reunión alivianará los gastos.
¿Qué pasa con las personas que, pese a cualquier consejo, no logran organizarse?
Puede haber endeudamiento y sobre endeudamiento. Del primero es fácil salir, siempre y cuando el monto que se adeuda no sobrepase el 20% de los ingresos que uno recibe al mes. Pero, en el segundo caso, hay el riesgo de comprometer los ingresos del siguiente año, de contraer deudas para pagar otras que ya se tenía y, en algunos casos, de incrementar el nivel de morosidad con los bancos, principalmente con relación a los pagos de tarjetas de crédito.
A propósito de las tarjetas, ¿qué consejos da para su uso?
Hay tarjetas de debito, crédito y consumo. Estas últimas son las más recomendables de usar, porque el cliente está obligado a pagar la deuda al mes siguiente. Así, no se genera deudas a plazos.
Pero hay gente que a la hora de gastar no piensa en éste ni en ningún otro detalle de organización para el pago.
Sí, eso es una cuestión psicológica que puede presentarse en dos casos. Los primeros son los compradores compulsivos, que compran cosas solo porque les llama la atención. Los segundos son aquellos que mentalmente organizan sus finanzas de forma inversa, es decir, primero gastan y luego ven qué y cómo pagar.
En las calles se ve el consumo masivo. ¿Abundan los compradores compulsivos?
No. Compran porque creen que tienen la obligación de regalar o gastar en fiestas, comidas, etc.
¿En qué gasta más la gente en estas épocas?
En ropa, juguetes, comida y diversiones. Otros, prefieren gastos más fuertes como electrodomésticos, muebles e incluso autos. Y hasta existen unos pocos que destinan los ingresos de diciembre para salir de deudas,
¿Es factible esto?
Claro que sí, se puede pagar el total de haberes de tarjetas de créditos, préstamos a bancos, etc. Es una decisión personal.
En el segundo grupo de gastos de las personas que mencionó, ¿al comprar estos artículos las personas generan deudas enormes?
Si cuenta con el presupuesto o está organizado de tal forma que las cuotas no afecten su economía a futuro no hay problema. Un consejo a aplicar es el ahorro mensual durante todo el año para en esta época hacer compras directas o dar entradas fuertes que alivianen las cuotas a futuro.