El mejoramiento de los servicios de la aduana y los correos, luego de su reestructuración de personal, son los ejemplos que pone el Gobierno para justificar procesos similares en otras entidades públicas.
La noche del pasado domingo, a través de una cadena de televisión, el ministro de Relaciones Laborales, Richard Espinosa, señaló que la reestructuración consistió en la implementación de herramientas tecnológicas, gobierno por resultados y la optimización del talento humano de los entes.
Este último punto está relacionado con desvinculación de personal. En Correos del Ecuador, por ejemplo, el proceso inició en febrero del 2007. En ese año, conflictivo para la entidad debido a protestas de los trabajadores por supuestas irregularidades y la contratación bajo tercerización, 60 personas fueron separadas (cinco fueron apresadas y acusadas de terroristas y traidores), según organizaciones sindicales.
Miguel García, presidente de la Federación Nacional de Servidores Públicos (Fenasep), dijo que en tres años se ha reemplazado al 90% de la nómina.
“Al nuevo personal solo se le dio contratos por poco tiempo. Se les daba por un año o renovaciones por meses. Ahora sé que ya se han entregado nombramientos”.
En la cadena del Gobierno, el titular de Correos del Ecuador, Roberto Cavanna, no explicó qué mecanismo legal utilizó para la reestructuración de personal. Únicamente señaló que cuando llegó a la entidad, en el 2007, había gente que quería trabajar, otros que no y otros que estaban en contra de todo, por lo que había que hacer ciertos cambios.
Un proceso similar se produjo en la aduana. Allí se utilizó la supresión de 339 partidas de las 1630 que había, para la reestructuración del talento humano. Según Santiago León, ex director del Servicio Nacional de Aduana del Ecuador, con menos personal se logró optimizar tiempos.
Ese mecanismo se llevó a cabo en mayo del 2008. En esa época León explicó que a partir de octubre del 2007 se hizo un análisis para saber qué puestos se debían eliminar. Luego se notificó al personal, que se quejó de que el proceso no fue técnico porque gente que fue evaluada favorablemente salió sin ninguna razón.
Quejas similares son las que se producen tras la aplicación de la compra de renuncias. Ayer el presidente Rafael Correa señaló: “Estamos trabajando por el bien común y eso significa tomar decisiones duras, como separar trabajadores que, tras una larga evaluación, hemos visto que no han respondido. No solo fue por corrupción, como manipuló cierta prensa… Se trata de cuestiones de maltrato, de resistirse al cambio”.
El Mandatario habló de un caso de corrupción en el que solo se podía tomar cita en un call center en el que se pagaba USD 5 para acceder a la consulta externa del Hospital Abel Gilbert Pontón. “Cuando llamaba de ese número sí daban la cita y cuando era de otro, no… ¿Cómo demuestro eso ante un tribunal? Seamos sensatos. Hay corrupciones evidentes, pero que no se pueden demostrar. Tenemos que actuar”.