Los viajeros que ayer llegaron por vía aérea al país mostraron desconocimiento y rechazo a la mediada oficial que limita el ingreso de celulares nuevos al país.
En el aeropuerto José Joaquín de Olmedo, de Guayaquil, pasaban las 12:00 y los ecuatorianos que venían de Panamá a través de diferentes conexiones catalogaban incluso de ridícula la norma implementada por el Consejo de Comercio Exterior (Comex) y aplicada por el Sistema Nacional de Aduanas (Senae). Ayer debía empezar a regir la disposición que limitaba el ingreso a un solo un teléfono, y además usado. Pero esta fue descartada a última hora por la Senae, la noche del sábado.
El viajero Diego Ochoa no sabía el motivo de la restricción, pero mostraba su descontento. “Es necesario traer productos que tengan alta tecnología, creo que la medida favorecerá a algunos grupos económicos”.
Manuel Figueroa comentó que para que un teléfono nuevo salga más barato hay que suscribirse a un plan. “Los altos precios impiden que renovemos los teléfonos antiguos, que tienen menos tecnología”.
La normativa era desconocida por muchos viajeros. Unos se enteraron al leer la declaración aduanera que deben entregar al llegar al lugar de destino. Estefanía Rigaíl también mostró su descontento por la medida porque limita a las personas.
Esta opinión fue compartida Janneth León, que venía desde Cuba e hizo conexión en Panamá para llegar al país. “No me parece correcta la medida, no todas las personas viajan por comercio, pero sí por necesidad. El celular es un artículo necesario, la persona se ve limitada”.
Similares reacciones se produjeron en el arribo internacional del aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito. Las aerolíneas no informaban a sus pasajeros sobre las restricciones. “No me dijeron nada y no sé de qué medida se trata”, respondían los pasajeros que arribaban a las 11:40 en un vuelo de la firma Copa Airlines.
Vanessa Lemos, viajera que llegó desde Panamá en esta aerolínea, dijo que pasó los controles de manera normal. No le hicieron preguntas y tampoco sabía sobre la restricción sobre los celulares. “La aerolínea no me dijo nada”.
Alfio Muñoz, un conferencista que llegó proveniente de República Dominicana, dijo que en la Aduana le preguntaron cuántos celulares llevaba. Él les mostró su teléfono y un iPad. “Me dejaron pasar sin problema”. Sin embargo, no supo por qué le preguntaron eso.