La crisis continúa atemorizando: la economía norteamericana se recupera, aunque lentamente, y la desocupación alta todavía es una llaga abierta y difícil de curar.
Con recursos limitados a disposición para sostener la recuperación y la mirada sobre la crisis de endeudamiento de Europa, el presidente estadounidense Barack Obama se encamina a la campaña electoral 2012.
En los próximos meses deberá convencer a los norteamericanos, preocupados por las perspectivas del mercado de trabajo, que le confirmen su apoyo.
Un objetivo no fácil en un momento en el cual 13,3 millones de personas están sin ocupación, de las cuales poco menos de la mitad hace más de seis meses y con problemas crecientes de reinserción en un mercado donde la demanda es escasa y la competencia fuerte.
El empleo es el tema que marcará la campaña electoral 2012.
Las armas a disposición de Obama para sostener el empleo son limitadas por un Congreso cada vez más dividido, por recursos limitados a causa de un déficit fiscal y una deuda altísimos y por la incertidumbre de las empresas en invertir ante la falta de un contexto más claro.
Una incertidumbre también causada por la crisis de la deuda europea y por el impacto que ésta tiene y podría tener sobre la ya frágil recuperación norteamericana, que podría detenerse y llevar de nuevo al país a una recesión de la cual apenas acaba de salir con esfuerzo.
La apuesta en juego para Estados Unidos y para Obama es alta: si la crisis europea empeorase, la economía norteamericana lo sentiría, y así el presidente debería enfrentar una nueva emergencia con las manos más atadas que en 2008.
Y en plena campaña electoral con los candidatos republicanos unidos en atacarlo por las medidas económicas tomadas hasta ahora.
Sin embargo, la falta por el momento de un candidato republicano fuerte, en condiciones de recibir el apoyo incondicional del partido y los electores, facilita por ahora la reconfirmación de Obama, que cierra un 2011 con luces y sombras.
La muerte de Osama bin Laden, el fin de la guerra en Iraq y el cierre de la era “no pregunte no diga” pesan positivamente en el balance de Obama.
En cambio, la economía lenta, Medio Oriente con Palestina pidiendo ingresar en la ONU, el debate sobre el alza del techo de endeudamiento que le costó a Estados Unidos la primera reducción de la nota soberana, influyen negativamente en el balance de fin de año.
Según algunos observadores, Obama podría sacar un as importante de la manga durante la campaña, con el cual asegurarse el apoyo de los electores más jóvenes y liberales: apoyar el matrimonio gay.
Muchos consideran que las iniciativas recientes de la administración de Omaba dejan entrever un cambio de este tipo.