La demanda de alimentos y cerámica europea aumenta

El Megamaxi, ubicado al norte de Quito, se destaca en una de sus perchas los productos provenientes de Europa. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Europa se convirtió en el principal proveedor internacional de cerámica y porcelanato en el país. Antes del acuerdo comercial con la Unión Europea, ese lugar era de Sudamérica.

Ahora, la cerámica y el porcelanato español e italiano tienen una participación del 35% del total de importaciones, de acuerdo con la Asociación de Importadores de Cerámica Plana de Ecuador. Según su representante, Iván Maldonado, tienen más demanda por tres factores principales.

El primero es la calidad y las certificaciones técnicas que tienen, por lo que ingresan con menos trámites. “Solo se hace una declaración juramentada asegurando que se trata de primera calidad. No se necesitan pruebas de laboratorio, como ocurre con China o Brasil”.

El segundo aspecto es la reducción de aranceles. Antes del acuerdo, dijo Maldonado, estos impuestos que se pagaban al importar representaban el 45% del costo; ahora, no superan el 15% y seguirán bajando hasta llegar a cero el 2023.
El último factor, agregó Maldonado, es el costo de los fletes. El transporte desde Europa subió en menor proporción que el de Asia. “Por eso, los importadores prefieren orígenes como el europeo”.

Para Maldonado, la cerámica y el porcelanato español e italiano tienen gran demanda, porque imponen la tendencia mundial, tanto en diseño como en formatos grandes.

Esta demanda también se evidencia en otros artículos. Rubén Salazar es gerente corporativo de Corporación Favorita. Según él, en sus locales se ofertan alimentos que llegan de España, Portugal, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Dinamarca, Austria, Suiza, Polonia, Grecia y Turquía.

Son aceites de oliva, aceitunas, embutidos, quesos, chocolates, vegetales en conserva, papas congeladas, mostazas, salsas, fideos y pastas, bocaditos, frutos secos, frutas en conserva, chicles, bebidas carbonatadas, mariscos en conserva, dulces, entre otros.

Él señaló que la venta de productos europeos subió por la baja de barreras arancelarias y la llegada de nuevas opciones, “pero la venta de importados sigue siendo marginal respecto de los volúmenes de productos nacionales”.

Para el futuro, él espera que estos artículos consoliden su penetración. “Sin duda, la baja de aranceles ha hecho posible que el producto europeo llegue con precios más asequibles a los clientes y hay una mayor variedad”.

Pese a la mayor demanda, la pandemia del covid-19 frenó el ritmo de crecimiento. De acuerdo con el Banco Central del Ecuador, en los cuatro primeros meses de este año se importaron USD 629 millones desde la Unión Europea, lo que representó una reducción frente a los años anteriores. En el 2019 alcanzó los USD 768 millones y en el 2020 fue USD 652 millones en el mismo período.

Para Felipe Cordovez, presidente de la Asociación de Importadores de Licores, desde la firma del acuerdo ha existido un incremento en el consumo de licores europeos, principalmente vinos y whisky. Esa tendencia se mantuvo hasta el inicio de la pandemia.

Luego empezó el descenso por el confinamiento, paralización de las fábricas, suspensión de compromisos sociales y restricciones en restaurantes, bares… “En el 2020, las ventas de vino cayeron un 10% frente al 2019 y los licores bajaron el 35%”. Ahora, dijo, existe una leve recuperación, sobre todo en los últimos meses.

En el caso de los automotores, Genaro Baldeón, presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador, prevé que se comercialicen cerca de 8 600 unidades de vehículos europeos este año y mantengan su participación en el mercado ecuatoriano, que bordea el 9%.

Desde el 2020, los vehículos europeos que son más demandados son los SUV (que es un auto deportivo utilitario), seguidos de los automóviles. En el 2021, los aranceles a los autos livianos europeos alcanzan el 15% y en el 2024 llegará a cero.

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