Los países de América del Sur se dividen en dos bandos en su aplicación de políticas económicas.
Por un lado están los países que giran en torno al predominio estatal como la base del crecimiento económico. Por el otro, están los países que ven al Estado como ente regulador y nada más, dejando totalmente libres sus fronteras para la circulación de capitales.
En el primer grupo están Ecuador, Argentina, Venezuela y Bolivia, liderados por gobiernos autollamados socialistas. En el segundo, sin denominación pero con una amplia preferencia por la inversión privada, están Chile, Colombia, Perú y Uruguay. Solo quedan Paraguay y Brasil, que es un ‘monstruo’ geográfico y económico que dista mucho del resto de sus vecinos y que navega a su propio ritmo. Paraguay aún no encuentra una línea económica clara.
Dentro de este escenario, la forma de manejar los flujos de dólares, más allá de las diferencias ideológicas entre ambos grupos, se ha convertido en los últimos días en un tema de debate. ¿Libre circulación o control? Hay voces a favor y en contra. Para el economista Telmo Guerrero, lo que han hecho los países del ala socialista de la región es reconocido incluso en países desarrollados. “El Estado ha sido el único capaz de equiparar la desigualdad social. El control de dólares garantiza que continúen circulando dentro del país, para desarrollar la producción, para mayor infraestructura, etc., y no que sigan escapando hacia las arcas de grandes corporaciones. Estas medidas me parecen acertadas y hasta innovadoras para poder generar una mejor distribución de la riqueza”.
En cambio, para la consultora Sofía Arellano, no hay nada más contraproducente para una nación que sus líderes les digan dónde deben tener su dinero. “El control siempre ha sido un búmeran. Si bien ahora esas políticas pueden estar dando resultados, a largo plazo el efecto será contrario. Cuando los inversionistas sientan que su dinero no está seguro, dejarán de llegar. Sin dólares o euros o lo que sea por controlar, ¿qué harán? Terminarán abriendo sus fronteras, cuando ya otros países estén años más adelantados. Creo que estas medidas lo que hacen es retrasar a una economía”.
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Ecuador
Moneda: Dólar
PIB nominal: USD 73 231 millones
Crecimiento 2011: 8 %
En el 2009, por la crisis económica mundial, el gobierno de Rafael Correa obligó a la banca privada a repatriar casi USD 1 200 millones desde sus reservas en el exterior. Desde ese año, una serie de medidas han ido ejecutándose para mantener control sobre los dólares, bajo el argumento de que en el país no existe política monetaria y que por ello son necesarias estas medidas, a fin de precautelar la balanza de pagos y, en último término, la dolarización.
Por ello, la política tributaria también se ha ajustado para conservar los dólares puertas adentro, principalmente con el incremento progresivo, y casi anual, del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), que pasó del 0,5% en el 2008 al 5% desde diciembre del 2011.
Y, últimamente, el Banco Central y la Superintendencia de Bancos han emitido más regulaciones para el control, entre ellas, la que obliga a los bancos privados a pasar a una cuenta en el Central todas las transferencias realizadas por los ecuatorianos desde el extranjero.
Argentina
Moneda: Peso
PIB nominal: USD 435 179 millones
Crecimiento 2011: 8,8%
El control sobre la salida de dólares es tan minucioso como el de la droga. En puertos y aeropuertos, hay perros amaestrados para detectar los billetes. Todo, como dice la presidenta Cristina Fernández, para “cambiar la mentalidad de la población y evitar una fuga de divisas”. La presión ha crecido paulatinamente desde noviembre del año pasado, hasta el punto de que hay nuevas normas que solo permiten adquirir divisas extranjeras a quienes viajen al exterior, ya que se prohibió la adquisición de dólares para otros fines, como el de atesorar ahorros o realizar operaciones inmobiliarias.
La preocupación del Régimen argentino es equilibrar su balanza comercial y cumplir con los pagos de su deuda externa. Por ello, inició esta serie de medidas obligando a los bancos y casas de cambio a consultar y recibir el visto bueno del Fisco a toda venta de dólares. Con ello, toda persona que quiera comprar la divisa americana está bajo la lupa fiscal, que autoriza o no la operación.
Bolivia
Moneda: Boliviano
PIB nominal: USD 27 012 millones
Crecimiento 2011: 5,2%
El Gobierno boliviano también se insertó en esta nueva ‘moda económica’ de controlar el flujo de dólares dentro de la economía. La semana pasada anunció la creación de un impuesto que grava la venta de dólares. El objetivo es incentivar el uso de la moneda local y redistribuir las ganancias de la banca, que el año pasado tuvo una utilidad de USD 86,2 millones solo por la compra y venta de dólares, según sostiene el Régimen.
Esto se suma a un impuesto a las transacciones financieras que, pese a que era transitorio, su vigencia ha sido ampliada varias veces, desde el 2008. En ese año, se obligó a todas las personas naturales o jurídicas, públicas, privadas, mixtas, nacionales o extranjeras a declarar la internación y salida física de divisas de su territorio. El presidente Evo Morales está decidido a controlar el flujo de divisas que, asegura, se filtran libremente por las fronteras. Por esa razón, los ciudadanos que son encontrados con divisas, y que no las hayan reportado, son sancionados con fuertes multas.
Venezuela
Moneda: Bolívar
PIB nominal: USD 311 687 millones
Crecimiento 2011: 4,2%
Es el pionero en el control de divisas en la región, a tal punto que su dinámica fue institucionalizada desde un inicio, a través de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).
La telaraña de control ha sido cuidadosamente planificada desde el 2003, a fin de evitar que los venezolanos saquen dólares de la economía. Así, la administración de Hugo Chávez arrancó con resoluciones que, en principio, tenía un objetivo temporal pero que persisten hasta ahora.
Específicamente, se concedieron cupos para los viajeros e importadoras, que años más tarde se amplió para las transacciones por Internet y para el uso de las tarjetas de crédito.
Es decir, los venezolanos que desean viajar el exterior deben recurrir a una tabla de cupos (por país) para saber cuánto pueden destinar para sus consumos en el exterior. Otra forma de control es que si un ciudadano venezolano desea cambiar dólares dentro del territorio, para compras en el exterior, no puede hacerlo sin previa autorización del Cadivi.