La crítica a la minería une a los opositores

En la Plaza Grande, en Quito.  Mujeres indígenas realizaron   un ritual  en homenaje a la Pacha mama frente a la  Catedral, la tarde del  miércoles.

En la Plaza Grande, en Quito. Mujeres indígenas realizaron un ritual en homenaje a la Pacha mama frente a la Catedral, la tarde del miércoles.

El lunes fueron solo ocho mujeres. El miércoles sumaron 30. Y ayer, en distintas ciudades, las organizaciones sociales y ambientalistas lograron congregar a un centenar de manifestantes en contra de la minería a cielo abierto.

Durante cuatro años, el debate minero había estado dormido. Pero el pasado lunes, tras la firma del primer contrato para la exploración y explotación minera a gran escala, entre el Gobierno y la empresa china Ecuacorriente, nuevamente se activó la incomodidad de estos grupos opositores.

En la tarde de ayer, unas 10 mujeres de grupos ambientalistas y feministas se hicieron presentes en los exteriores de la calle Tarqui y 10 de Agosto, en la capital, para conmemorar el Día de la Mujer y rechazar la minería.

Alrededor de las 14:00 tendieron una gigantografía desde la terraza del edificio Tarqui que tiene diez pisos de altura. La leyenda de la enorme lona rezaba
“No al patriarcado violento extractivista. Sí a la soberanía de nuestros cuerpos y de la Pacha mama”.

Zaraí Maldonado, coordinadora juvenil por la Equidad de Género, indicó que el acto era una manifestación de resistencia y de rechazo contra la actitud del Gobierno de convocar a marchas para respaldarlo en el Día de la Mujer, desvalorizando así la lucha de este género. “Estamos en contra de que el importante día haya sido cortado por los discursos políticos del Estado para desvalorizar la lucha de mujeres”.

Añadió, además, que rechazaban la minería a gran escala cuya primera etapa comenzó en el país a raíz de la firma del contrato con la empresa china Ecuacorriente para explotar el proyecto Mirador. Ello debido a los daños ambientales que podría causar.

Otra manifestación promovida por mujeres activistas se había dado la tarde del miércoles en la Plaza Grande. Frente al atrio de la Catedral un grupo de más de 30 mujeres indígenas de Pichincha, Imbabura, Azuay, Zamora y Esmeraldas realizaron un ritual en homenaje a la Pacha mama.

Una mujer de la comunidad otavaleña formó un espiral de cuatro metros de diámetro con fréjol, choclo, rosas, claveles, yucas, papas y velas entre otros elementos naturales.

La composición representaba la diversidad de la tierra y su riqueza, y también simbolizaba el rechazo a la actividad minera por los posibles daños en el ambiente, la contaminación del agua y los problemas sociales.

El silencio de esta manifestación pacífica estuvo empañada por militantes de Alianza País quienes poco a poco llegaron al lugar y lanzaban consignas a favor del Gobierno y la minería.

Ambos grupos estaban separados por menos de seis metros y una hilera de 20 policías.
Mientra avanzaba el ritual, los militantes de País alzaban más sus voces al unísono de “Respaldo a la minería responsable” o “Abajo los ponchos dorados”.

“No caeremos en la provocación”, dijo Yolanda Reyes, activista y campesina de Zamora Chinchipe presente en el lugar, quien indicó que países mineros como Perú y Bolivia no se han desarrollado pese a los ingresos por la actividad extractiva y han tenido que afrontar profundos problemas de contaminación.

Añadió que continuarán en una lucha de resistencia pacífica.

Por su lado, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) rechazó la firma del contrato debido a que el hecho se ejecutó sin tener aprobada la licencia de impacto ambiental ni tener el consentimiento de la comunidades.

Punto de vista

Blanca Chancoso / Activista, líder  de  la Conaie y  Ecuarunari

‘Defenderemos la vida y el agua’
 
Por mucho tiempo,  las mujeres hemos sido silenciadas, invisibilizadas. Si antes las mujeres lucharon por el derecho al trabajo, hoy las mujeres continuamos luchando por la vida y  contra la política extractivista. Rechazamos que el Gobierno haya firmado el contrato con una empresa china (Ecuacorriente), de espaldas al pueblo, entregando el espacio para la extracción minera. No callaremos.

Si antes se criticaba el dicho entre las mujeres campesinas de “marido es, que pegue nomás”. Hoy, no vamos a decir: “Presidente es, siga pegando”. Y las mujeres vamos a elevar nuestra voz porque no nos van a engañar y vamos a defender el derecho a la vida. Defenderemos el agua, defenderemos los páramos.

Apoyamos la  marcha de la  Conaie que inició con una caminata desde el sur del país. Creemos que este también es un homenaje al Día de la Mujer.
Rechazamos la confrontación con militantes del Gobierno que quieren provocarnos. No vamos a caer en la provocación indigna. Pero que quede claro que el Gobierno utiliza los fondos del Estado para poner al pueblo contra el pueblo.

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