La crisis europea y el debate sobre la necesidad de dotar de más recursos a los “escudos” anticrisis dominaron hoy las reuniones previas a la cita de ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales del Grupo de los Veinte (G20), que se realizará este fin de semana en Ciudad de México. El presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, advirtió en un seminario del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) que destinar más recursos para atajar la crisis en la eurozona sólo aplazará las decisiones de fondo. “Muros de dinero más altos pueden comprar tiempo, pero el tiempo debe usarse para atacar las raíces de la crisis”, dijo Weidmann durante la reunión de la asociación global de banqueros, formada por unas 450 instituciones privadas.
Por lo pronto, el secretario (ministro) de Hacienda de México, José Antonio Meade, adelantó que no se debe esperar que en la capital mexicana se configure un acuerdo sobre “modalidades ni montos” para fortalecer al Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que “es temprano todavía en el proceso”. Meade señaló que se buscará avanzar en la discusión de “qué se necesita, qué tendría que pasar, cuál sería una buena forma para fortalecerlo”.
Los países del G20 están divididos en cuanto a una posible inyección de recursos al FMI para fortalecer su capacidad de reaccionar ante situaciones de crisis. Estados Unidos ha dejado en claro que Europa tiene que hacer más de su parte antes de esperar mayores aportes al FMI. Washington, que es el principal contribuyente del organismo, reclama a los países de la UE que aumenten antes su propio “cortafuegos”.
El FMI pretende unos 600 000 millones de dólares adicionales frente a los 386 000 millones actuales.
Los países europeos deben decidir, a su vez, si combinan los 250 000 millones de euros remanentes del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) con los recursos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que entrará en vigor en julio con 500 000 millones de euros. Mañana y el domingo se realizará a puertas cerradas la reunión de los ministros de Finanzas y titulares de bancos centrales del G20, entre ellos Estados Unidos, Alemania, China, Japón e Italia, así como la Unión Europea (UE).
Argentina, Brasil y México son los únicos países de la región iberoamericana que forman parte del G20, mientras que España, Chile y Colombia asisten como invitados. Meade dijo que los temas principales serán el proceso de corrección de desbalances y lo que se necesita hacer en materia de coordinación en política económica como “fortalecer las instancias de liquidez hacia adelante, incluido el FMI”. No obstante, “la etapa en la que vamos en el proceso ahorita no hace pensar que sea el momento en donde discutamos puntualmente ni modalidades ni montos”, señaló.
El jefe del Bundesbank alemán dijo que hay que estar preparados para un eventual “escalamiento” de la crisis, con medidas adecuadas como la consolidación de las finanzas públicas, reformas estructurales para impulsar la competitividad y el crecimiento, y mejores reglas en el ámbito europeo para asegurar la disciplina fiscal. “Personalmente, siento confianza en que, siguiendo este curso de acción, eventualmente podremos contener la crisis y el euro seguirá siendo una moneda estable”, manifestó.
El IIF pidió al G20, por su parte, aportar el liderazgo necesario para impulsar el crecimiento económico en medio de las tensiones que persisten en Europa a pesar de los “importantes progresos” realizados. “Espero que bajo liderazgo mexicano los problemas se cristalicen en soluciones”, dijo el director ejecutivo del IIF, Charles Dallara, en la inauguración de un encuentro de dos días del organismo de banqueros. Dallara señaló que la agenda debe enfocarse en atender las tensiones que persisten en la zona euro, lograr un mejor balance de las políticas de regulación financiera y establecer un marco “más robusto” de coordinación de políticas.
En el contexto de la cita de ministros, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó un informe titulado “Apuesta por el Crecimiento”, donde recomendó dar prioridad a políticas que eleven los niveles de empleo y estimulen el crecimiento. “La crisis (2008) provocó que se aceleraran los cambios y las reformas. Esto es una buena noticia”, dijo el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría.
Sin embargo, afirmó, la mala noticia es que sin cambios estructurales el desempleo seguirá siendo alto y no se podrá recuperar el volumen de producción. Gurría dijo que las reformas deben darse en tres ámbitos: políticas estructurales, protección social y crecimiento verde, ya que las políticas tradicionales de tasas de interés y gasto público han llegado a su límite.