El 1 de julio, la titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), Sandra Naranjo, indicó que la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del 16 de abril costará USD 3 344. Foto: Pavel Clahorrano / EL COMERCIO
El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el 8 de julio un desembolso de USD 364 millones para Ecuador, con el objetivo de ayudar al país suramericano a hacer frente a “una urgente necesidad de balanza de pagos” tras el potente terremoto de abril que dejó más de 660 muertos y provocó importantes destrozos.
Estos fondos estarán disponibles a través del Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR), que proporciona asistencia financiera de urgencia por un desastre natural y “sin necesidad de un programa económico propiamente dicho ni de exámenes de la economía”.
El préstamo de USD 364 millones será efectivo “de inmediato” y cuenta con una tasa de interés anual del 1,1 %, indicó Luca Rizzi, jefe de la misión en conferencia telefónica.
Asimismo, agregó, contempla “un periodo de gracia de 3 años y deberá ser reembolsado en cinco años”.
Por su parte, Min Zhu, subdirector gerente del Fondo, explicó en nota de prensa que los “graves daños” en infraestructura, vivienda y sector agrícola provocados por el terremoto generaron “nuevas presiones fiscales y una urgente necesidad de balanza de pagos“.
Todo ello, precisó, “en un momento en que la economía de Ecuador aún está sufriendo los efectos del bajo nivel de los precios del petróleo, el fortalecimiento del dólar de EE.UU., un bajo nivel de reservas internacionales y el acceso limitado al financiamiento internacional”.
Según las más recientes previsiones del FMI, la economía ecuatoriana se contraerá un 4,5 % este año y un 4,3 % en 2017.
Aunque este mecanismo no lleva condicionado un programa económico, el funcionario del Fondo remarcó que “las autoridades están comprometidas a reprogramar las prioridades del gasto de capital y a suspender los proyectos de baja prioridad no relacionados con la reconstrucción, en el caso de que se presentara déficit de financiación”.
La institución financiera internacional valoró, en este sentido, la “rápida” respuesta de Ecuador “con un programa fiscal de emergencia para financiar las tareas de alivio, con medidas tales como un aumento temporal de la tasa del IVA y contribuciones solidarias impuestas una sola vez sobre la remuneración, las utilidades de las sociedades y el patrimonio de las personas naturales”.
El pasado 1 de junio, la titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), Sandra Naranjo, indicó que la reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto, de magnitud 7,8 y que azotó zonas del norte de la Costa del país, costará USD 3 344.
La ayuda del FMI se suma a los cerca de USD 640 millones recibidos por Ecuador en líneas de crédito del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial (BM).
Desde su llegada al poder en 2007, el presidente de Ecuador, Rafael Corre,a ha sido reacio a pactar con el FMI por las condiciones que suele imponer a sus líneas de financiación que, a su juicio, son parte del modelo neoliberal que no funcionó en América Latina.