Además de la norma emitida semanas atrás por la ‘Super’ de Compañías, que elevó los controles para los constructores, el sector enfrenta un nuevo problema: la restricción a las importaciones.
El ingreso de cerámica plana al país está paralizado desde finales de noviembre pasado.
El director del Instituto Ecuatoriano de Normalización (Inen), Agustín Ortiz, señaló días atrás que esto se debe a que Aenor, única empresa que emite certificados de conformidad para el sector, fue suspendida.
E stos documentos avalan que un producto cumple con las normas de calidad del país.
“Hubo algunas no conformidades (observaciones en estos certificados) y eso generó un problema en la Aduana“, dijo Ortiz sin entrar en detalles. Señaló que el viernes pasado fue levantada la suspensión a Aenor, lo cual permitirá normalizar la importación.
Este Diario consultó a la firma, vía correo, el martes pasado pero no hubo respuesta.
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Para Dalila Gómez, presidenta de la Asociación de Importadores Cerámica Plana, no había motivo legal que justifique la paralización de las importaciones.
“El hecho de que el Inen haya tenido observaciones a dos o tres certificados (de Aenor) no significa que se paralice íntegramente el comercio”, señaló la titular del gremio, para quien esta ha sido otra forma de frenar las importaciones.
Pero, además, los importadores temen enfrentar nuevas restriccioners, pues está por emitirse una norma Inen que demandará exigentes requisitos de calidad previo al ingreso de la cerámica. Esto obligó al sector a buscar un acuerdo para bajar sus compras del exterior a cambio de que se flexibilicen los requisitos. La negociación aún sigue.
Estos inconvenientes mantiene en zozobra a constructores, quienes se comprometieron a entregar estos materiales y los ha obligado a renegociar los contratos con los clientes.
El arquitecto Carlos Garcés tenía previsto empezar a colocar la cerámica en abril próximo en un edificio de 25 departamentos que construye en Quito, pero su proveedor le dijo que no podría entregarle el producto. “Ahora me toca poner una cláusula que diga porcelanato nacional, renegociar cifras y las promesas. Ya les hemos dicho a los clientes”.
Otros prevén impactos a mediano plazo. El arquitecto Raúl Gavela explica que ya ha vendido el 70% de viviendas de un proyecto donde prometió cerámica importada y cuya construcción se iniciará en diciembre. “Habrá que renegociar, se pueden caer negocios o nos pueden aplicar multas. No sé cómo reaccione el cliente”.
Édgar Barrionuevo, gerente de Urbicasa, también reporta problemas para comprar el producto. “En el edificio Tenis Boulevard teníamos previsto instalar cerámica importada, pero no hay en el mercado… Vamos a tener que reemplazar con cerámica nacional y a mayor precio, y eso nos genera dificultad con el cliente”.
El constructor espera que el Gobierno e importadores lleguen a un acuerdo antes de hablar con sus clientes.
Este material de acabado se emplea, en especial, en edificaciones de clases media alta y alta, explican arquitectos consultados. En estos proyectos, este insumo importado representa entre el 30 y 50%, aunque hay casos donde llega al 100%.
Garcés cree que es positivo reducir las importaciones, pero debía ser paulatino, pues los constructores firman con meses de anticipación compromisos con sus clientes donde se establecen los acabados.
Del total de cerámica que usa, el 30% viene de afuera, la cual se busca por diseño.
Barrionuevo teme que la producción local no sea suficiente para abastecer al mercado y ello genere un encarecimiento del producto.
Pero las industrias ecuatorianas de cerámica dicen que 45% de su capacidad instalada está subutilizada, por lo que pueden cubrir de inmediato un eventual déficit. Y existe un compromiso verbal de no aumentar los precios.
José Cuesta, gerente general de Kerámicos, comercializadora del Grupo Cerámico, señaló que había más de un millón de metros cuadrados de cerámica que ingresaba al país. Y que algunas cerámicas de bajo costo no cumplían las normativas del INEN.
En contexto Según información del Ministerio Coordinador de la Producción, espera sustituir entre el 2013 y el 2017 USD 53 millones en cerámica y clinker. El Gobierno emitió normas de calidad que dificultaron el ingreso de alrededor de 1 000 insumos desde diciembre pasado.