En la parcela de Olga Muso, las espigas de cebada sobrepasan los 60 centímetros de altura. Sabe que la cosecha está próxima, aunque sus vecinos ya empezaron a cortarlas.
Con los primeros rayos del sol, las extensas plantaciones se pintan de un dorado intenso que resplandece en la comunidad Calgua Grande, en la parroquia Augusto Martínez, al norte de Ambato.
En abril pasado, con las lluvias, Olga preparó el terreno con el abono de los animales en los 2 500 metros de su propiedad y sembraron medio quintal de semilla. Le apoyaron su esposo y sus dos hijos.
De este cultivo espera obtener entre ocho a 10 sacos. Una parte la venderá en Ambato, otra la utilizará para elaborar máchica, uno de los alimentos con que desayuna todos los días. “Acá en el pueblo no comemos el pan, sino máchica y arroz de cebada, por ese alimento tenemos fuerza para pasar de los 90 años y más”.
Un cultivo importante
En el pueblo, el cultivo de este producto es tradicional e importante para la alimentación y la economía locales. También se siembran habas, maíz, ocas, mashua, entre otros productos.
De acuerdo con un informe del Cabildo de Calgua Grande, al menos 80 de 150 familias que viven allí mantienen la tradición de producir cebada. Este año sembaron más de 25 hectáreas, por cada una los agricultores obtienen hasta 10 quintales. El 80% lo comercializan en ferias de Ambato, el resto es para el consumo familiar.
En el pueblo, integrado por casas de una y dos plantas de teja y hormigón armado, se instaló un molino comunal. La Tenencia Política les ayudó con las instalaciones eléctricas. Todos los sábados y domingos, de 09:00 a 15:00, las familias muelen granos allí.
Ángel Pilapanta, presidente del Cabildo de Calgua Grande, contó que la mayoría de las familias siembra la cebada para el consumo interno. Ellos elaboran la máchica, uno de los principales alimentos de los habitantes del sector. “Estamos recuperando esta tradición, mucha gente dejó de sembrar debido a que migró a las grandes ciudades y regresó con otras costumbres alimenticias”.
En Calgua Grande, Rosendo Pantoja cultivó las espigas de cebada en junio pasado. Luego las apiló para formar montículos en forma de chozas, que cubrió con plásticos para evitar que el grano se pudra. Ahora, después de varios meses, tendió el producto en la vía asfaltada para trillarlo. Esta actividad consiste en separar el grano de las espigas, pisoteándolas con dos borricos.
El productor vendió seis quintales en Ambato. Otros cuatro son molidos para obtener arroz de cebada, cebada pelada o la tradicional máchica. Además, sacó la semilla para la próxima siembra que ya prepara. Esa es la costumbre que hace más de 150 años se mantiene en la comunidad.
Orley Ochoa, teniente Político de Augusto Martínez, ha diseñado un plan para que Calgua Grande, Calgua Chico y Samanga tengan la ruta turística de la máchica. La gente podrá conocer la siembra, la cosecha, el secado, la tostada en tiesto y la molienda.
Siguiendo por la vía asfaltada se llega al sector de Samanga. Allí Giovanni Santana tuesta la cebada en leña. Su reto es tostar 100 libras y luego pasarlas por un molino. Además de mercados, él recorre varias oficinas entregando máchica a sus clientes.
“Tengo 84 años y todavía estoy dura, porque como desde pequeña máchica”, afirma María, madre de Giovanni.
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