En la fábrica de cocinas de Ecasa, ubicada en el sur de Quito, se realiza un test de calidad de cada foco de inducción. Foto: Armando Prado/EL COMERCIO
Dos fabricantes locales de cocinas de inducción ven con preocupación el ingreso de encimeras y estufas con horno provenientes desde China.
Según los representantes de las firmas Ecasa y DME, esto podría frenar sus ventas y afectar su producción e inversiones en el mercado local.
El mes pasado, el gerente del programa de Cocinas de Inducción, Enrique Arosemena, dijo que las primeras 20 000 encimeras para los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano llegarían a fines de este mes.
En total, el Gobierno prevé importar 500 000 cocinas de inducción de cuatro quemadores, tanto encimeras como artefactos con horno, que se entregarán gratuitamente a los beneficiarios del bono.
Esto se realizará mediante un financiamiento de USD 250 millones otorgado por China.
La entrega de las cocinas de inducción y la instalación interna se realizarán a cambio de la cocina de gas y el respectivo cilindro de combustible.
Pero adicionalmente, Arosemena indicó que se importará de manera gradual un número de hasta 500 000 cocinas de inducción para la venta al público a través de las cadenas comerciales de electrodomésticos.
El precio de estas cocinas de inducción será de USD 160 por la encimera de cuatro quemadores y USD 298 por la de cuatro quemadores y horno.
Sobre estos precios habrá además un subsidio del 30% de parte del Estado.
Los valores antes mencionados son entre un 34% y un 49% menores a los que actualmente ofertan las fábricas nacionales en los mismos modelos de cocinas de inducción.
“Aspiramos a que los fabricantes locales entiendan que no competimos con ellos sino que su espacio está en el sector medio y alto”,indicó Arosemana en semanas pasadas a este Diario al ser preguntado respecto a una posible afectación a los fabricantes locales.
Insistió en que existe una reposición anual de entre 250 000 y 350 000 cocinas, además de que el mercado total de reemplazo de cocinas de gas es de 3,5 millones. Dijo que el Gobierno solo entrará como máximo con un millón de cocinas.
“Vamos a llegar máximo a un millón de hogares. El Presidente (Correa) lo ha dicho abiertamente: si comienzan a producir más no utilizaremos todo el crédito chino”, dijo Arosemana al señalar que el ingreso de las cocinas para venta al público será gradual.
Pero para algunos fabricantes locales el tema es preocupante. El gerente de Ecasa, Mario Esteban Espinosa, indicó que la entrega gratuita a los beneficiarios del bono ya puede reducir el mercado de cocinas de inducción.
Si a esto se suma la importación de productos chinos para venta libre al público la situación para la industria nacional se tornaría difícil.
“Una competencia de una cocina importada, sin aranceles y con volúmenes de producción mucho más grandes como los de China y precios más bajos, será muy dura para la industria nacional”, dijo Espinosa.
Sin embargo, señaló que se debe esperar para saber en qué condiciones llegarán.
Ecasa tiene actualmente una producción de 12 000 cocinas de inducción para lo cual realizó una inversión de USD 12 millones. Ha vendido 40 000 unidades, de las cuales un 92% se ha despachado a través del sistema de crédito de las planillas de luz eléctrica, con un plazo de hasta seis años.
Gabriel Garcés, gerente de DME, firma que ensambla cerca de 2 000 cocinas de inducción al mes, indicó que si bien el anuncio es preocupante, hay que esperar a ver si se concreta.
Se refiere a que las cocinas que se quieren importar de China deben cumplir previamente los altos estándares de fabricación establecidos por el INEN, los cuales están cumpliendo los fabricantes locales.
Señaló, sin embargo, que la intención de una venta directa de estos productos es preocupante porque es muy complicado competir con el Estado cuando las fábricas tienen recursos limitados.
DME ha realizado una inversión de USD 600 000 para fabricar cocinas de inducción.
Este Diario buscó la versión de la Asociación de Industriales de Línea Blanca que representa a las fábricas Mabe, Indurama y Fibroacero desde hace dos semanas, pero no ha obtenido una respuesta.