Soy cliente desde el 2007, en mi cuenta aún tengo unos USD 30 000. Era cliente del Banco de América y estaba muy descontento, pero con el señor Ralph Fernández (ex presidente de la Junta Directiva) y otros dos ejecutivos tuvimos una reunión, en la que me presentaron lo que tenían, sonaba muy bien, con muy pocos costos. Y yo dije: muy bien vamos a poner nuestros ahorros en pólizas. Fueron más baratos por un buen tiempo, hasta que Carl Wolf, ex director financiero y luego presidente del Banco) se fue y empezaron a ponernos más cargos; pusimos certificados de depósitos de más de USD 400 000. Fernández nos dijo que si nuestra cuenta de cheques se sobregiraba iba a tomar de la otra cuenta, donde estaba nuestro dinero y no nos iban a cobrar recargos. Con todo ese dinero que teníamos invertido en la institución financiera yo no veía factible que me cobren algo adicional, pues tenía más de USD 400 000. Yo esperaba que hicieran lo que prometieron, es decir transferir la plata de los certificados si la chequera bajaba de monto, pero el banco nos recargaba cuando se daba un sobregiro. Visité tres veces a Fernández en su oficina pero no me recibía, daba excusas de que no estaba ahí, que estaba ocupado en otros asuntos. Yo iba a quejarme por que me estaban poniendo cargos sin justificación. La mayor parte de este dinero ya la retiré y muy pronto tengo intenciones de quitar lo que queda. Yo mandé una carta a la Oficina del Contraloría de la Moneda (OCC) y les dije cómo me estaban tratando en el Banco. Investigaron y me mandaron parte del dinero de regreso luego de tres meses, eran unos cuantos miles de dólares, casi todos los sobrecargos que me pusieron. Ya no tenemos los recursos en certificados y muy pronto sacaremos el resto del dinero que nos queda en una cuenta. Yo entiendo que para algunos banqueros USD 400 000 no es mucha plata, pero no comprendo por qué el Presidente del Banco no quiso recibirme en tres ocasiones seguidas, pese a que yo sabía que sí estaba ahí.