La noche, del pasado jueves, en la ceremonia de aniversario de los 75 años de la Cámara de Industrias y Producción, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), Luis Carlos Villegas, fue muy directo en su consejo de cómo debe insertarse un país en el contexto mundial y aprovecharlo al máximo.
“La globalización da mayor libertad a los ciudadanos y le quita poder a los gobiernos autoritarios y populistas. Nadie ha podido aislarse nunca y desarrollarse”.
Eso lo decía un empresario de un país que se ha transformado en una de las economías más prósperas del mundo y que incluso está en mejor situación que varios socios del G-20 (grupo de las 20 naciones más desarrolladas del planeta). ¿Cómo lo logró Colombia y cómo lo están logrando otros vecinos como Perú?
La receta es simple: creando una red de amigos en todo el mundo, a través de acuerdos o tratados comerciales, y ofreciendo seguridad en todos los estamentos al interior de un país.
Y en ese aspecto, Ecuador aún sigue atado a una imagen de país conflictivo y arisco con el inversionista. A eso se suma una política diplomática de tono agresivo, que ha cerrado varias vías factibles de desarrollo. Eso, pese a que se ha logrado mejorar, al menos un poco, en varios aspectos.