Felipe Hurtado, consultor económico y socio de Prófitas. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
¿Cuánto ha complicado el escenario internacional a la economía del país?
El desempeño económico del país siempre ha estado relacionado a factores externos. Un ejemplo fue lo que se vivió entre el 2004 y el 2014, cuando los precios altos de las materias primas generaron una bonanza y, con ello, un aumento del gasto público, pero cuando los precios cayeron, la economía enfrentó dificultades. Eso ha hecho que presentemos un pobre desempeño en los últimos cinco años. A eso se suman problemas políticos internos, y ahora un choque externo asociado a la emergencia sanitaria por el coronavirus en China. Esa situación ha afectado al consumo de ese país, que es el principal demandante de crudo. Los mercados han reaccionado negativamente y eso ha tenido un impacto en la economía ecuatoriana, que se está deteriorando rápidamente, debido al alza del riesgo país y a la caída del precio del crudo.
¿Qué incide más en el deterioro del escenario económico del país?
Todo está asociado. En el caso de Ecuador ya estaba en una situación de vulnerabilidad, con una economía que no estaba creciendo, con desequilibrios en su balanza de pagos y en sus cuentas fiscales. Por lo tanto, eso genera un escenario de mayor vulnerabilidad ante el impacto de un choque externo. Eso produce nerviosismo entre los agentes internacionales, lo cual se refleja en un aumento del riesgo país y en la decisión de Moody’s de rebajar la calificación de Ecuador.
¿Hay una estrategia del Gobierno para afrontar ese escenario externo?
El Gobierno apostó por un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que sirva de paraguas, porque permite acceder a financiamiento a bajas tasas. A la par, se buscó avanzar en reformas estructurales para estabilizar la economía, ganar competitividad y crecer. Pero el Gobierno ha tenido serios problemas internos para llevar adelante esas reformas: tuvo que dar marcha atrás a la revisión de los subsidios tras las protestas y solo logró hacer una reforma económica parcial. No está claro si el Gobierno tiene un plan B en caso de que estas reformas no se completen este 2020.
¿ Cuál es el mayor riesgo para la economía del país?
Son riesgos combinados. El Gobierno debe financiar un déficit que estará entre 4 y 5% del Producto Interno Bruto en este año. Para eso necesita endeudarse y le quedan pocas fuentes de financiamiento. En una economía dolarizada, lo que queda es hacer un ajuste mayor del gasto.
¿Qué efectos tiene todo este escenario en las finanzas públicas y en las empresas privadas?
Impacta en la economía en su conjunto. Si el Gobierno no puede avanzar en las reformas, en el 2020 Ecuador volverá a vivir una fase recesiva.
El nivel de riesgo país actual hace inviable salir al mercado para conseguir dinero. ¿Qué opción hay?
El FMI. Mi impresión es que el multilateral va a seguir apoyando a Ecuador y va a ser bastante flexible, porque hay un interés de no replicar lo que pasó en Argentina.
Pero para eso es necesario avanzar en las reformas. ¿Existe un escenario político para cumplir esos compromisos este año?
El Gobierno ya tuvo problemas para enviar el proyecto económico el año pasado. El texto fue archivado, incluso cuando se percibía que había una mayoría oficialista. Ahora, con el comunicado de Creo de que deja esa mayoría y los problemas internos del bloque oficialista -donde hay algunas deserciones-, es más complicado percibir si habrá los votos para aprobar una reforma. El Gobierno puede intentar enviar proyectos, dilatar el debate y que pasen por el Ministerio de la Ley, pero será difícil legitimar los ajustes así.
¿Qué se puede aprobar este 2020 que, además, es preelectoral?
Los asambleístas perciben que la mejor estrategia este momento es desmarcarse de un Gobierno impopular; es decir, ya comienzan a jugar a la precampaña electoral. El Gobierno anunció que presentará su reforma fiscal en febrero y la monetaria, en abril. Con ello, reconoce que si no logra aprobar estas medidas hasta mediados de año, el segundo semestre ya será difícil aprobar algo. El contexto externo puede ayudar a presionar para obtener apoyo. Otra opción es priorizar reformas fáciles de vender y apuntar a su aprobación, para bajar la percepción externa de que no se podrán hacer reformas, pero serán ajustes muy modestos hasta que venga el próximo gobierno y pueda hacer ajustes estructurales para mejorar la posición fiscal, ordenar la economía, impulsar la competitividad, generar empleo.
Considerando eso, ¿es de esperar dos años más de recesión o estancamiento?
Estancamiento seguro y, posiblemente, recesión; porque los actores económicos retrasarán su decisión de ahorro, inversión o negocios hasta ver qué pasa en la política. Hay que destacar que pese al escenario económico complejo, la dolarización ha servido de blindaje, porque ha permitido tener precios estables, sin deterioro del poder adquisitivo. Sin la dolarización, en el actual escenario, Ecuador podría haber estado viviendo una grave crisis, como en Argentina.
Formación.
Es economista por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y cuenta con una maestría de Relaciones Económicas Internacionales, de la Universidad de Barcelona, España.
Experiencia.
Felipe Hurtado ha laborado en temas de consultoría económica durante más de 10 años. Es socio y consultor en Prófitas. Además, es director académico de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes).