A su debido momento, quienes han estado al frente de los órganos de control financiero han apretado las tuercas a las instituciones que operan en el país.
Desde la Asamblea Constituyente del 2008, esa presión ha sido paulatinamente mayor. Y el 19 de julio del 2010, el entonces asesor financiero del Presidente y actual presidente del Directorio del Banco Central, Pedro Delgado, evidenció ese objetivo: “Hay que regular y facilitar el acceso a la información, hay que tratar de poner en igualdad de condiciones a los bancos y a sus clientes”.
Desde allí para acá, por distintos frentes, el ajuste ha sido mayor, aunque eso no ha impactado en la rentabilidad del sector, que ha registrado más utilidades. USD 300 millones el año pasado.
El director del Banco Pichincha, Fidel Esteban Egas, afirma que la situación para los bancos se ha puesto cada vez más difícil. “No quiero ahondar en el tema de toda la presión que hemos recibido en este Régimen. Solo puedo decir que hemos hecho un gran trabajo para ir fluyendo con las circunstancias que nos toque”.
Por eso, mientras por el lado de la banca, las decisiones en materia de leyes y normativas significan un cerco cada vez más cerrado, por el lado del Régimen es el privilegio del ser humano.
Así lo señala la ministra Coordinadora de la Política Económica, Jeannette Sánchez, para quien la posición del Gobierno es clara en “diseñar la política económica en torno a los clientes, sin descuidar, por su puesto, que tengamos un sistema financiero sólido”.
Desde esferas distintas a los dos polos, la situación es vista con pinzas. Para el economista ecuatoriano Francisco Quezada, que trabaja en una institución financiera en EE.UU., es natural que la banca se sienta cercada ante las decisiones de la autoridad.
“En todas las partes del mundo sucede. Sin embargo, en el caso ecuatoriano, el cerco puede verse más grande porque a lo largo de los años las instituciones financieras tuvieron mucha discrecionalidad en sus políticas. De alguna forma, el Estado mismo fue el culpable de haber permitido una libertad en ese sentido”.
En efecto, inmediatamente después de que el país adoptó el sistema de dolarización, en el 2000, la Junta Bancaria decidió que las instituciones financieras definieran sus propios valores de los servicios financieros. La justificación, según rezaba la resolución de ese entonces, era para compensar las utilidades que no recibían por el cambio de divisas.
Desde ese entonces, hasta la llegada del actual Gobierno, la banca trabajó fortaleciendo sus administraciones y creando un sistema sólido, que le alejara del fantasma de la quiebra financiera, según Pablo Altamirano, catedrático de Economía Política.
“Creo que la falla de los gobiernos de turno fue dar demasiada libertad a la banca. No era una buena fórmula, sobre todo después de la crisis, que dejó en muy mala posición a los banqueros. Por eso, ahora, con un Régimen que apunta a reforzar el control, la gente se solidariza para ir en contra de la actividad bancaria”.
Y todo empezó con el control de las tasas de interés, ni bien iniciado el primer período del Gobierno, en el 2007, aunque para el ex Superintendente de Bancos, Alfredo Vergara, es una falla que no se haya vuelto a tocar este aspecto. “Nunca más se tocaron las tasas de interés y por esa vía se sigue dejando a los bancos generar altas ganancias. En eso debería fijarse más el Gobierno actual”.
Pero por otro lado, los clientes también ven con optimismo las últimas resoluciones y leyes de control. Manuel Fernández, director de una veeduría ciudadana de consumidores, señala que es un efecto positivo para los clientes lo que está ocurriendo.
“Era necesario que haya más supervisión y control. Reconocemos que la banca es un negocio como cualquier otro, pero también era indispensable poner límites a cobros que parecían hasta cierto punto exagerados”.
Frente a frente
Pedro Solines. Superintendente de Bancos
‘Las decisiones se han tomado privilegiando al ser humano’
Las regulaciones siempre se han tomado con el objetivo de beneficiar al cliente. Estamos defendiendo la posición de 14 millones de ecuatorianos, seis millones de usuarios del servicio financiero. La política de este Gobierno siempre ha sido el ser humano. En la vida no todo es dinero, no todo es hacer negocio. También hay que asumir una responsabilidad social y los bancos tienen la obligación de hacerlo. Y a la vez, cuidamos que tengamos una banca sólida en el país.
César Robalino. Pres. Asociación de Bancos
‘Hay un estigma sobre la actividad bancaria desde la crisis de 1999’
Las continuas reformas y leyes que se han aplicado en los últimos años han tenido que enfrentarse desde la banca con mejores gestiones en sus procesos. Las utilidades que obtuvieron los 26 bancos privados el año pasado fueron menores a las logradas por otros sectores, como el de alimentos y bebidas, por ejemplo. Lamentablemente, sobre el banquero pesa un estigma desde la crisis de 1999. Hoy, los bancos son muy responsables y cuidadosos del dinero de la gente.