El pasado viernes, cuando culminó el plazo que tenían los casinos y bingos legales para cerrar definitivamente sus puertas, la Aduana emitió un comunicado sobre el destino de las máquinas.
“Las máquinas tragamonedas no podrán permanecer en el país, lo que implica que deberán obligatoriamente ser trasladadas a zona primaria para su exportación”, advertía el boletín Nº 65 de la institución.
El Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae) tenía hasta ayer dos empresas de este tipo registradas como exportadoras. Una de ellas se encuentra en proceso de liquidación.
“(El) liquidador está vendiendo a otros países las máquinas tragamonedas, con la finalidad de poder realizar los pagos a los trabajadores”, explicó Fabián Soriano, director nacional de Intervención del Senae.
De estas compañías se ingresó un lote de 300 máquinas a un depósito temporal y dos días después fueron embarcadas hacia Colombia, expresó Soriano.
Los depósitos temporales aprobados por Aduana están distribuidos en los puertos de Guayaquil, Manta, Esmeraldas, Puerto Bolívar. En Guayaquil están autorizados Naportec, Contecon, Inarpi y Fertisa.
El rol de la Aduana, en este tema, es recibir las máquinas, verificar que correspondan a casinos legales y autorizar la exportación. Los casinos, al ser ya una actividad ilegal en el país, no pueden tener sus bienes en territorio ecuatoriano.
El Ministerio del Interior anunció que realizará los operativos en todo el país, para cerrar este tipo de negocios que funcione de manera ilegal e incluso para embargar estas máquinas.
Esta institución, junto con el Ministerio de Relaciones Laborales, custodia las máquinas tragamonedas de las salas de juego, que fueron eliminadas el año pasado por su ilegalidad.