Para tomar la decisión de cambiar una cocina de gas por una eléctrica todavía falta echar algunos números y hacer un presupuesto familiar.
Para empezar, se necesita armonizar los datos globales sobre el subsidio al gas, pues para el Ministro de Industrias representa USD 1 100 millones anuales, pero el Banco Central maneja una cifra de 522 millones. Esta última cifra es producto de la diferencia entre los gastos de importación del GLP y los ingresos por las ventas internas.
Cualquier esfuerzo para reducir y focalizar este subsidio es meritorio, aunque es importante señalar que, a diferencia de la década pasada, ahora el subsidio al gas tiene un menor peso relativo.
Es decir, de los USD 3 666 millones que se fueron en subsidios a los combustibles durante el 2013, el gas representó el 14%. La mayor cantidad de recursos se concentró en gasolina y diésel, donde aún no se conocen programas para focalizar subsidios.
Con este antecedente, el programa de cambio de cocinas a gas por unas eléctricas de inducción busca atacar y resolver el 14% de los subsidios a los combustibles.
Para eso, el Gobierno prevé cambiar tres millones de cocinas a gas por unas más eficientes que funcionen con electricidad. En teoría, el menor precio que tendrá la electricidad a partir del 2016 haría más barato el uso de esta energía en los hogares.
En este punto, la pregunta es de cuánto saldrá la cuenta mensual por el mayor consumo de electricidad en el hogar, sin considerar que las familias deberán afrontar otros gastos como la compra del equipo, adecuaciones eléctricas, compra de utensilios, etc., que demandarán un presupuesto de al menos USD 500.
Asimismo, el programa de cambio de cocinas tendrá un efecto sobre los subsidios. Uno de ellos es del denominado subsidio cruzado, donde los mayores consumidores de electricidad pagan hoy parte de la cuenta de quienes menos consumen. Si ambos consumirán más electricidad, este subsidio debiera ajustarse.