Una contracción de 2,6% impactó en la recaudación de impuestos y en el empleo. Foto: EL COMERCIO.
El sector no petrolero de la economía, es decir, la actividad productiva, no pasa por su mejor momento. El primer trimestre de este año el sector se contrajo un 2,6%, comparado con igual período del año pasado. Con este, suma ya el tercer trimestre (en términos anuales) de caída y el peor resultado desde el 2001 comparado con iguales períodos.
Aunque el sector petrolero creció 1% en el primer trimestre, gracias a un ligero aumento de la producción y la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas, esto no fue suficiente para empujar a la economía en su conjunto, que registró su peor trimestre en dolarización.
El Banco Central del Ecuador presenta al sector no petrolero o valor agregado no petrolero detallado en 16 actividades. “El valor agregado no petrolero refleja los productos de consumo final o de exportación generados por la industria o los servicios, excepto producción y refinación de petróleo”, explica Patricio Almeida, catedrático de Economía.
Todas esas actividades no petroleras cayeron, con excepción de agricultura, pesca, suministro de electricidad y servicio doméstico.
En términos anuales, las actividades donde se evidenció más la contracción fueron alojamiento y servicios de comida (-13,2%), correo y comunicación (-7,8), acuicultura y pesca de camarón (-6,7), construcción (-4,4), entre otras, según un reporte que publica hoy el Semanario Líderes.
El gerente del Banco Central del Ecuador, Diego Martínez, atribuyó la contracción del sector no petrolero al enorme deterioro del sector externo.
“Hay un enorme deterioro de las exportaciones, en más del 26% en un año. Si uno compara el período enero-mayo del 2016 con iguales meses del 2014, la caída de ingresos por exportaciones es del 41%.Entonces, dada esa enorme reducción, de casi la mitad del ingreso de dólares, evidentemente la capacidad de consumo de hogares y de inversión del Gobierno se han visto afectadas, por tanto, también las ventas de las empresas”, dijo, consultado por este Diario sobre el tema.
Para José Hidalgo, director del Centro de Estudios para el Desarrollo (Cordes), la explicación también está relacionada con un modelo económico que aumentó la dependencia de la economía en su conjunto hacia un gasto público basado en el ingreso petrolero.
“Cada vez más empresas tuvieron al Estado como su principal cliente. Y cuando el Estado contrajo su gasto y acumuló atrasos, se sintió un ajuste de gasto generalizado”.
El ministro de la Política Económica, Patricio Rivera, indicó el jueves pasado que los atrasos suman USD 2 000 millones, una cifra que calificó como “bastante importante”.
La caída de la economía no petrolera se evidencia en la baja de ventas de las industrias y un deterioro de los indicadores de empleo, dice el editor de Análisis Semanal, Alberto Acosta Burneo.
La reducción de ventas ha llevado a que las empresas hagan recortes en gastos fijos, donde el principal rubro afectado fue el relacionado con el gasto laboral. Este proceso se viene dando desde inicios del 2015 y se acentuó el primer semestre del 2016, comentó el director ejecutivo del Comité Empresarial Ecuatoriano, Roberto Aspiazu.
“Es obvio que la pérdida de la capacidad de inversión del sector público -y no habiendo inversión por el lado del sector privado- se refleja en la contracción económica”.
La caída de la economía no petrolera también se reflejó en una menor recaudación tributaria, que hasta junio en promedio descendió 13%, comparado con el primer semestre del año pasado; lo que equivale a casi USD 1 000 millones menos en cobro de impuestos en ese período.
Almeida cree que la actual situación es un problema compartido entre la industria y el Estado. La economía nacional se sustentó en la inversión pública los últimos años y la industria le apostó a eso. “La industria se acomodó a la alta demanda interna de los años de bonanza y le faltó ajustarse para ser más competitiva”.
Para el Comité Empresarial Ecuatoriano, fue un error del Gobierno apuntar a un modelo basado en el gasto público y dependiente de los altos precios del crudo.
Santiago León, ministro de Industrias, reconoció que el país pasa por un momento complicado, pero mencionó que hay sectores que mantuvieron o subieron sus niveles de producción y exportación gracias a medidas de Gobierno como las salvaguardias; uno de ellos, dijo, fue el de calzado.
A pesar de las cifras de decrecimiento, Martínez señaló que el país no atraviesa por una crisis porque se deben tomar en cuenta variables como la inflación, empleo, depósitos y créditos, que no se han deteriorado, en comparación con 1999, año del feriado bancario.
De hecho, el BCE cree que gracias a la recuperación de los depósitos y una estabilización del precio del petróleo la economía nacional mejoraría el segundo semestre.