La burocracia en el Ecuador está en un proceso de crecimiento y de transición.
En el 2004, según cifras del Ministerio de Finanzas, el Estado sumaba cerca de 344 000 dignatarios, autoridades y servidores públicos, según un informe del Semanario de Economía y Negocios LÍDERES.
Para el año pasado, la cifra subió hasta 454 000 y hoy se habla de aproximadamente 500 000 funcionarios públicos, también llamados burócratas.
Este crecimiento de empleados estatales está acompañado de un incremento de gastos en personal, que pasaron de unos USD 2 500 millones a 6 500 millones entre el 2004 y el 2010. Este año el gasto en personal, según la Pro forma presupuestaria, fue de USD 6 518 millones y para el año siguiente se calcula un crecimiento del 15,7%, según datos del Ministerio de Finanzas.
En este crecimiento del sector público también ocurre un recambio generacional o transición. En las oficinas públicas se observan burócratas jóvenes, con formación universitaria, especializaciones en el exterior, dominio de idiomas y tecnología, entre otras características.
Para Carlos Castro, decano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Cuenca, esta transición es una tendencia a ocupar la función pública con militantes de una determinada posición ideológica. “Esto no significa que estén dejando sus puestos los ineficientes. Es una acción planificada para hacer del Estado una suerte de maquinaria político-partidaria”.
Castro cree que sí existe un proceso de modernización del aparato burocrático. “Se quiere un sector estatal técnico, pero acompañado de un fuerte proceso de ideologización”.
Los profesores del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), Carlos Marchán, Enrique Bruque e Iván Laspina, explican que el servidor público busca capacitarse más para competir en las nuevas tecnologías. Un estudio del IAEN, publicado en agosto del 2010, señala que el 59% de los empleados públicos tiene formación superior.