El comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea (UE), Olli Rehn, arrojó hoy un panorama sombrío para la economía española este año y el que viene: incumplimiento de la meta de déficit, más desempleo y un horizonte de recuperación difuso y en lontananza.
Según los datos aportados por el finlandés en la presentación de las “perspectivas económicas de primavera”, el nombre como se conoce a las proyecciones intermedias que realiza Bruselas anualmente por estas fechas, España no cumplirá su meta de reducción del déficit público ni este año ni en 2013.
No obstante, Rehn comentó que Bruselas mantiene la confianza en que España cumplirá con sus objetivos y le pidió “acciones muy decididas” en materia de recorte del gasto autonómico y en la recapitalización bancaria. Rehn no mencionó concretamente el caso de Bankia, parcialmente nacionalizada.
El funcionario no quiso especular con la posibilidad de que Bruselas conceda a España un año extra para cumplir con sus metas de reducción de déficit en 2013. Comentó que se pronunciará al respecto el próximo 30 de mayo en una reunión en la cual Bruselas hará una evaluación de los planes presupuestarios nacionales de los 27 socios.
“La Comisión Europea tiene plena confianza en la determinación del gobierno español para cumplir con sus metas fiscales”, comentó Rehn.
El año que viene, el déficit español será del 6,3 por ciento del producto interior bruto (PIB) en lugar del 3,0 por ciento exigido por la UE, según las previsiones emitidas por la Comisión Europea.
Para este año, la economía española caerá un 1,8 por ciento, ocho décimas más que el uno por ciento vaticinado en la previsión anterior, de febrero. Para 2013 la contracción del PIB será algo más moderada, un 0,3 por ciento.
Estos datos empeoran incluso las previsiones del gobierno español, que pronostica una caída del PIB para este año del 1,7 por ciento y una expansión de la economía del 0,2 por ciento en 2013. Pero la Comisión Europea proyecta todavía más sombras sobre el futuro a corto y medio plazo.
La segunda recesión que se ha cebado con España desde aproximadamente el comienzo del último trimestre de 2011 podría tocar su punto más elevado en la segunda parte de este año, según Bruselas.
En un contexto de ajustes presupuestarios generalizados de parte de todas las administraciones, la central y las autonómicas, España tendrá margen solamente para poder bajar su déficit del 8,5 al 6,4 del PIB en 2012 y el año que viene tampoco logrará la meta ansiada -y prometida- a Bruselas del 3 por ciento. Entre las causas principales citadas por los expertos del ejecutivo comunitario figura la gran desviación fiscal de las comunidades autónomas y también en seguridad social.
Por ello, parece casi inevitable que España tenga que acometer nuevos y significativos recortes si quiere cumplir con los objetivos anunciados por el gobierno de Mariano Rajoy.
De acuerdo con los datos aportados hoy, el PIB de España solo podría volver a crecer el año que viene en algún trimestre y de manera tibia, en torno al 0,5 por ciento.
La espiral nociva en la que se encuentra la economía española, confrontada a la disyuntiva entre el combate contra el déficit pero a la vez también la imperiosa necesidad de expansión y la reducción del galopante desempleo, podría tener peligrosas derivas que comprometan la recuperación, ya que Bruselas considera que en caso de aplicar nuevos recortes, quedaría comprometido el objetivo de crecimiento.
La lacra del desempleo en España, que podría rozar el 25 por ciento de la población activa según las previsiones más pesimistas, seguirá creciendo en los próximos dos años: llegará a un 24,4 por ciento de media este año y en 2013 podría situarse en el 25,1 por ciento.
El pronóstico de Bruselas en esta materia es inquietante: “Teniendo en cuenta la actual debilidad de la economía española, esta reforma (la reforma laboral) provocará probablemente un crecimiento más moderado (…) y más caídas en el empleo a corto plazo”.