Ecuador forma parte del organismo junto con otros 187 países. Actualmente posee USD 347,8 millones en Derechos Especiales de Giro. La relación se restableció luego de siete años. Foto: AFP
Era necesario reabrir las cuentas fiscales al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que los inversionistas internacionales tuvieran confianza en una emisión de bonos.
Por eso, mayo y junio han sido ajetreados para las autoridades económicas del país, que han estado en Washington allanando el camino para cumplir con las consultas del Artículo IV del organismo.
“Este paso importante le permitirá a los funcionarios del FMI restablecer la interacción con las autoridades ecuatorianas para analizar la evolución de la economía nacional y las perspectivas a mediano plazo”, señaló el subdirector gerente del organismo, Min Zhu.
Y el mensaje fue bien recibido por los inversionistas. Tanto, que según el ministro de Finanzas, Fausto Herrera, ayer se logró colocar USD 2 000 millones en bonos (a 10 años plazo y con un cupón de 7,95%), pese a que se pudo haber logrado USD 5 000 millones ante el interés de 200 inversores institucionales y bancas privadas de EE.UU., Europa, Asia, etc.
Ramiro Crespo, especialista en mercados internacionales, confirmó que el 10 de junio pasado las autoridades mantuvieron reuniones con el Credit Suisse y el Citi, para evaluar la posible demanda de bonos.
“El FMI es como una especie de firma auditora para un país. Y un inversionista tendrá una percepción menor de riesgo y, por tanto, adquirirá bonos si existe esa auditoría. Siempre será más fácil negociar los bonos con una venia del FMI que sin ella”, señaló Crespo.
El expresidente del Directorio del Banco Central, Diego Borja coincide con el analista. “Los inversionistas evalúan la relación de los países con el FMI. Y como Ecuador se había alejado le resultaba difícil volver a los mercados. Retomar el contacto fue bien visto”.
Sin embargo, pese a que se ve como positivo el retorno a los mercados internacionales, hay observaciones. Para Crespo, el monto emitido pudo haber sido un poco alto. “Hubiera sido mejor colocar una cantidad más modesta (USD 700 millones, por ejemplo) que se pueda retirar al vencimiento, antes que tener un volumen más alto que, por distintas circunstancias, pudiera no alcanzarse a retirar. El país, entonces quedaría muy mal”.
En cambio Borja considera que, en un primer vistazo, haber colocado bonos a plazos menores a los acostumbrados y a una alta tasa, implicará un costo para el Estado.
“La necesidad de financiamiento obligó al Gobierno a emitir bonos con estas características. Y está volviendo a un carril del cual se había salido y hasta criticado”, añade Borja.
El Gobierno requería financiar un déficit presupuestario de USD 4 900 millones este año, algo que con esta emisión lo ha logrado, ya que además ha obtenido préstamos de Goldman Sachs (USD 400 millones), de China (USD 500 millones) y de deuda interna (USD 1 149 millones, en los primeros cuatro meses del año).
Pero, además, con el beneplácito para que el FMI revise las cuentas públicas, se abre otra fuente de financiamiento. Al ser socio de este organismo, el Ecuador puede acceder a créditos para enfrentar problemas de balanza de pagos y de liquidez, si es que así sucediera.
La actual emisión se realiza a los 9 años de la última incursión del país en los mercados internacionales. En el 2005 se emitieron los bonos Global 15, para poder pagar deuda interna y hasta recomprar parte de los bonos Global 12 y 30.
La analista de calificaciones soberanas de la agencia Moody’s, Sarah Glendon, explicó a la publicación BN Americas que una de las razones por las que Ecuador está regresando a los mercados internacionales, además de financiar la obra pública, es que debe cumplir el pago de los Global 15, por USD 650 millones, que vence en diciembre del 2015.
Otro aspecto que Crespo revisa es el tema de la tasa. Países como Bolivia han colocado recientemente papeles al 5,95%. “Pagar a China al 7 u 8% marcó la línea para los inversionistas. Difícilmente hubieran negociado una tasa más baja”.