La obra está en los límites de Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Cotopaxi. Foto: Archivo / El Comercio
Luego de 10 años y 10 meses de iniciada la construcción de Toachi-Pilatón, una de las obras emblemáticas del Gobierno anterior, la hidroeléctrica no genera ni un kilovatio. Los retrasos no solo han limitado la generación de energía en el país, también han afectado a los ahorros de los afiliados del Seguro Social.
La entrega de la obra, inicialmente a cargo de Odebrecht, se prometió en principio para el 2012. Sin embargo, tras la salida de la constructora brasileña en el 2009 y la adjudicación en el 2010 de la obra civil a China International Water and Electric Corporation (CWE) y de los equipos electromecánicos a la rusa Inter Rao, los plazos se fueron corriendo.
El proyecto registra un avance del 97,6% en obra civil. Pero desde marzo del 2017 se encuentra prácticamente paralizado por la salida de Inter Rao. Esta firma tenía a cargo la instalación de turbinas, generadores, compuertas y válvulas.
En diciembre del 2016, el entonces presidente Rafael Correa ordenó la terminación del contrato con esta firma por supuestos incumplimientos.
La adjudicación de las obras civiles a CWE, en el 2010, requirió de financiamiento. En el 2011, el Banco del IESS entró como inversionista, para lo cual se formó un fideicomiso. El capital invertido fue de USD 250 millones, a 20 años plazo y una tasa de interés fija de 7,65% anual.
El Biess, que tradicionalmente había centrado sus inversiones en créditos para sus afiliados, decidió redirigir una parte de sus recursos al financiamiento de proyectos en áreas estratégicas, como la energía eléctrica.
El objetivo de esta inversión fue “garantizar la máxima rentabilidad en la administración de los recursos previsionales de la Seguridad Social”, destacó el banco en un comunicado de febrero del 2013.
Sobre Toachi–Pilatón, la entidad resaltó que, adicionalmente a la capacidad energética de 253 megavatios, esta “inversión cuenta con una alta rentabilidad y seguridad”.
Tras un período de gracia de cuatro años, el 20 de noviembre del 2015, la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), administradora de la obra, debía comenzar a cancelar el capital al Biess, según consta en el contrato. Sin embargo, la fecha quedó “sujeta a la entrada en operación de la central”, aclaró el Banco de los afiliados a este Diario.
La recuperación del capital lleva dos años y 11 meses de retraso, ya que la construcción de la hidroeléctrica no ha concluido. Solo se canceló una primera cuota, por lo que el saldo pendiente suma USD 243,7 millones, detalló el Biess. El plazo por vencer es de 13 años.
“Se han realizado acercamientos con Celec con el objeto de que se realicen pagos de capital, independientemente de la entrada en operación de la central hidroeléctrica, para lo que se realizarán las reformas contractuales correspondientes”. Esto significaría renegociar las condiciones de financiamiento del fideicomiso.
El pasado 11 de octubre, el Biess envió una carta a la Celec solicitando el pago del capital, indicó Gonzalo Uquillas, gerente general de la Corporación, en entrevista con este Diario. “Se están pagando los intereses, pero ya quieren que paguemos el capital, cuando hay una infraestructura que no produce nada”.
Efectivamente, los intereses han venido pagándose de manera semestral, con lo que hasta este mes el Biess ha logrado recuperar USD 82,6 millones.
No obstante, el Gerente de la Celec reconoció que habiendo pasado el período de gracia “es necesario pagar no solo los intereses sino el capital”.
Omar Serrano, quien formaba parte del Directorio del Biess cuando se invirtió en la obra, subrayó que se ha generado un lucro cesante, por un incumplimiento contractual y de las condiciones y reglas del fideicomiso para el proyecto.
“Lo ideal sería la recuperación del capital, necesario para dirigir a otras inversiones que dinamicen la economía y que mejoren el rendimiento de los portafolios”, dijo el Biess.
Pero mientras no se reforme el contrato con la Celec, el requisito es que la central entre en operación. El actual Gobierno busca alcanzar un acuerdo con Inter Rao para que retome las labores pendientes en la central Toachi-Pilatón, pero hasta ahora no hay acuerdos con la firma.
El suministro de los equipos electromecánicos en la hidroeléctrica tuvo un avance del 90%, sin embargo, el montaje solo llegó al 38%.
Otro de los inconvenientes de este proyecto es que no hay una fecha real establecida para su culminación. El plazo tentativo fijado por el Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables era diciembre del 2018, pero no será posible cumplirlo, expresó la Celec.
La Corporación calcula que para finalizar los trabajos en esta central se requerirán dos años adicionales, a partir de la firma del contrato para la culminación de esta obra.