Los diálogos entre Ecuador y la Unión Europea (UE), suspendidos en julio del año pasado, pudieran reanudarse el próximo mes, cuando las partes definan si es viable un acuerdo comercial.
De los 14 temas que se venían negociando, tres son los más sensibles: agricultura, compras públicas y propiedad intelectual. El equipo negociador ecuatoriano tendrá que presionar para obtener beneficios en la comercialización de 217 subproductos en los que no se ha llegado a acuerdos. Y también tendrá que decidir el acceso de 255 partidas europeas al país.“Se llegará a un acuerdo de manera rápida en la mayoría de productos, pero las dificultades girarán en torno a la venta de banano y azúcar por parte del Ecuador, y al ingreso de productos lácteos desde Europa”, dijo Roberto Aspiazu, director ejecutivo del Comité Empresarial Ecuatoriano.
En la estrategia de negociación, Ecuador tendrá que decidir qué productos le interesa colocar en la UE y cuáles está dispuesto a permitir que ingresen al país sin pagar aranceles.
Hasta el año pasado, el equipo negociador del país estaba interesado en conseguir un menor arancel para el banano, así como un mayor cupo para la venta de azúcar. Y la UE quería vender soya, trigo, leche en polvo, etc.
En esta negociación, uno de los sectores preocupados es el lácteo. “Es esencial que se establezcan aranceles para la leche en polvo. Si ingresa libremente a un precio más bajo que la nuestra perderemos competitividad”, indicó el ganadero Víctor López.
Otro punto sensible son las compras públicas. Para Carol Chehab, técnica del Observatorio de Comercio Exterior, el diálogo podría nuevamente empantanarse porque la normativa ecuatoriana da preferencia a las empresas nacionales en los procesos de licitación. Pero las empresas europeas pedirán que el trato sea igual para todas.
“Esta medida, principalmente, debe aplicarse para aquellas empresas que poseen una oferta que no existe en Ecuador, como por ejemplo las que elaboran equipos para la industria petrolera”, explicó Aspiazu.
Pero, para proteger a las compañías nacionales, principalmente a las pequeñas y medianas, los negociadores deben proponer umbrales de compra. Es decir, establecer límites para las compras estatales a las que pueden acceder las firmas europeas.
Pero la mesa con mayores trabas será la de propiedad intelectual. Para Alfredo Corral, experto en esta materia, preocupa el tema sobre la protección de datos de medicamentos.
Esta figura implica que si una empresa europea presenta en el país los datos de prueba (seguridad) de un medicamento nuevo, no habrá la posibilidad de entregar esta información a otras empresas para fabricar un genérico durante cierto período de tiempo, que puede ser de cinco años.
“Esta situación provocaría la resistencia en las autoridades nacionales debido a que la posición ecuatoriana es que haya un acceso total al uso de genéricos”.
Aunque Corral cree que esto no debiera afectar a las personas porque el impacto será a un solo medicamento. “El resto de medicinas para un determinado mal, que son competencia para el producto nuevo, seguirán a la venta tanto de marca como genérico”.
Bolívar Cevallos, presidente de la Cámara Nacional de Agricultura, cree que urge reiniciar los diálogos. “No podemos demorar. El sistema general de preferencia de la UE al país vence en diciembre del 2011”.