¿Tienen los bancos españoles algo que esconder? La pregunta surgirá el miércoles en la cumbre informal de Bruselas entre el jefe del gobierno español Mariano Rajoy y sus socios europeos, en un momento en que el debilitado sector bancario español provoca las dudas de los mercados.
Tras haber prestado grandes cantidades de dinero durante la burbuja inmobiliaria española, que estalló en 2008, el sector bancario carga con 184 000 millones de euros en créditos de dudoso reembolso y edificios y terrenos confiscados en un mercado devaluado. En total, un 60% de su cartera.
Desde el inicio de la crisis, el Estado tuvo que acudir en ayuda de ocho bancos -el último de ellos Bankia- descubriendo en cada ocasión balances financieros peores de lo anunciado, por lo que el mercado teme ahora que el conjunto del sector disimule pérdidas abismales.
“Los activos que se consideran tóxicos son en su mayoría solares, son comienzos de urbanizaciones que no han llegado ni a terminarse (…) cosas que no tienen valor y probablemente no lo lleguen a tener nunca” porque el sector de la construcción está siniestrado, subraya Soledad Pellón, analista de la firma de corretaje IG Markets.
El Instituto de Finanza Internacional, que agrupa a unos 450 bancos del mundo, consideró el lunes que las pérdidas del sector en España podrían alcanzar 260 000 millones de euros hasta 2013 y que requeriría una ayuda pública de 60 000 millones de euros.
Tras las advertencias del FMI y de Standard & Poor’s, la agencia Moody’s contribuyó el jueves rebajando la calificación de 16 bancos del país.
Sobre estas señales sobrevuela una perspectiva que España rechaza categóricamente: la necesidad de pedir ayuda a Bruselas para reforzar el sector.
El tema estará sobre la mesa en la reunión, el miércoles en París, entre Rajoy y el nuevo presidente francés François Hollande, preludio de la cumbre informal de la Unión Europea que se celebrará por la noche en Bruselas.
Apenas elegido, Hollande puso el dedo en la llaga. “Sería seguramente deseable que hubiese una recapitalización y seguramente necesario que esa recapitalización pudiese hacerse mediante mecanismos de solidaridad europea”, afirmó.
La respuesta de Rajoy fue tajante: “Yo creo que no” sea necesaria la ayuda exterior. “No entiendo y no sé realmente si el señor Hollande dijo eso, pero si lo dijo será porque el señor Hollande tiene datos que los demás no tenemos”, ironizó.
España no necesita “ ningún tipo de ayuda externa ” , reiteró el lunes el ministro de Economía español, Luis de Guindos, pese a que el gobierno exigió a los bancos un esfuerzo adicional de 30.000 millones de euros en provisiones que se suman a los 53.800 millones impuestos en febrero.
“Es normal que el gobierno diga que no lo necesita, porque su labor es generar confianza tanto dentro de España como fuera ” , señala Pellón.
Pero “desde nuestro punto de vista, sí que sería muy interesante que ese dinero, que potencialmente necesitará la banca una vez se conozcan estas pérdidas que van a tener por el inmobiliario, viniera con cargo al fondo de rescate” europeo, afirma.
Porque la otra opción significaría un nuevo “cargo a los fondos del Estado y quizás España, ahora mismo, no está en su mejor momento para cargar con este peso” en un momento en que debe reducir su déficit público de 8,9% del PIB en 2011 a 5,3% este año.
Para “incrementar la transparencia y despejar definitivamente las dudas”, Madrid confió el lunes a los gabinetes de evaluación Roland Berger y Oliver Wyman una auditoría de sus bancos, cuyos primeros resultados se conocerán en junio.
“Creemos aportará transparencia y tranquilidad al sector, al menos a las entidades más fuertes del mismo que (…) serán capaces de afrontar la situación sin requerir ayudas externas”, consideran los analistas de Link Securities, sin pronunciarse sobre los bancos más pequeños.