Banco del Pacífico y Banco Pichincha coinciden en que el acceso al crédito para consumo es más flexible últimamente. Pero, defienden los mecanismos que utilizan para calificar al beneficiario.
De esa forma procuran que no haya un riesgo de sobreendeudamiento, que impida al cliente de la entidad pagar sus haberes.
El tema generó debate después de que el presidente Rafael Correa advirtió que cerca de 400 mil familias en el país tienen cuotas mensuales que pagar por encima de sus ingresos. Por ello pidió más control, para evitar crisis.
Gonzalo Vivero, vicepresidente ejecutivo de Banco del Pacífico, explicó que para dar créditos a personas naturales utilizan modelos de ‘scoring’, que se basan en información cualitativa y cuantitativa de los potenciales clientes.
Para el análisis de crédito es muy importante conocer los niveles de endeudamiento histórico y actual de los sujetos de crédito, pero sobre todo cuál ha sido su hábito de pago, expresó.
Con esta información y tomando como máximo un porcentaje del ingreso neto (Total de Ingresos – Total de Egresos), incluido el pago de otras deudas, se procede a calcular el dividendo máximo que podría pagar el sujeto de crédito. “Ese porcentaje nos asegura razonablemente que el deudor sí podrá cumplir con la obligación y además dejar una reserva para las eventualidades”.
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En resumen, se opta por personas con bajo endeudamiento o un endeudamiento razonable, que hayan mantenido buenos hábitos de pago, destacó Vivero.
El filtro de selección de clientes también es minucioso al momento de entregar tarjetas de crédito.
Guido Cordero, vicepresidente de Unidad de Riesgos del Banco Pichincha, explicó que en esos casos el banco analiza con mucho énfasis la capacidad de pago del potencial cliente.
Para ello se considera sus ingresos, gastos y otras deudas que mantiene y honra en el sistema, es decir, su historial crediticio. “Y en algunos casos necesarios analizamos a los garantes o las garantías específicas que ofrece o solicitamos a un cliente”, sostuvo.
Pero, para fortalecer estos procesos es imprescindible contar con un sistema de información que permita -contando con la autorización previa del cliente que solicita un producto de crédito- conocer las deudas actuales en el sistema financiero, más el Biess y en las casas comerciales.
Este último punto es fundamental para continuar atendiendo de manera adecuada a los clientes. “Debemos promover que estos sistemas de información se fortalezcan y sean muy efectivos”, expresó.
Sin embargo, el Gobierno promueve que la calificación de riesgos en el sistema financiero no sea vinculante al momento de otorgar más créditos.
Cordero expresó que el Presidente está en lo cierto al mencionar que ahora es más fácil acceder al crédito respecto de épocas pasadas. “Tomamos de la mejor forma los comentarios del Presidente en el sentido de redoblar esfuerzos a la hora de entregar créditos, es una tarea que el banco trabaja incansablemente todos los días”, destacó Cordero.
Pero, ese tipo de cuidados a veces no alcanza a cubrir a ciudadanos que incurren en deudas mayores que sus ingresos.
Sandy Gurumendi trabaja en un almacén de venta de electrodomésticos, gana sueldo básico y comisiones, según las ventas.
Hay meses en que recibe USD 600, pero el último solo recibió el básico (USD 292). Sus deudas superan los USD 210 en el sistema financiero. Además, paga un plan de datos de Internet de su teléfono, que le consume el 20% de sus ingresos fijos mensuales.
“Antes solía tener más deudas, mi sueldo se iba en pagar todo, pero ya estoy saliendo”. Ella empezó a trabajar hace tres años y a los tres primeros meses adquirió una tarjeta de crédito. Hace dos semanas la llamaron para ofrecerle otra tarjeta. Esta vez dijo: No.
Ivanna Castro, de 21 años, se siente sobreendeudada. Ella también tiene sueldo básico, pero sus pagos mensuales llegan a USD 207. Con el saldo a veces no logra cubrir los gastos de transporte.
Subsistema de bancos
De los 10 sectores con mayor morosidad en el sistema financiero, hasta diciembre del 2011, cinco están relacionados a actividades agropecuarias. El cultivo de yuca incurrió en la mayor tasa de morosidad con el 83,79%. A esta le siguen las actividades de administración y consultoría.
Las actividades relacionadas con tarjetas de crédito tuvieron una morosidad del 24,49% a diciembre de 2010, pero un año después bajó a 3,79%.