A inicios de siglo, cuando Ecuador vivía una profunda crisis económica, la idea de que EE.UU. y Europa buscarían la ayuda a los países de la región era un tema impensable.
Once años más tarde esto es una realidad. Y, lo que más sorprende, es que los países latinoamericanos, por propia iniciativa, proponen aportar para que las naciones del mundo desarrollado superen la crisis que enfrentan.
El ministro de economía de Chile, Alfredo Moreno, señaló que en la región hay un “posdoctorado” en gestión de crisis económicas y que las lecciones aprendidas y sus experiencias pueden servir de ayuda a los países que tienen dificultades financieras.
“Es muy difícil vivir gastando más de lo que uno produce. Eso los países de América Latina lo han aprendido con dolor y, finalmente, nos hemos acostumbrado a que tenemos que ahorrar, que hay que estar preparados para los años de vacas flacas ahorrando en los años de vacas gordas”, dijo.
Mientras en la región se hacen estas propuestas, en Europa se espera que Alemania y Francia presenten nuevas protestas para hacer frente a la crisis de deuda y a una posible crisis bancaria.
París desmintió de cara al encuentro entre su presidente, Nicolás Sarkozy, y Christine Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional, los rumores sobre una supuesta disputa con Berlín respecto a posibles inyecciones de capital para los bancos.
El desafío es tan crucial como difícil para estos dos países como para los demás de Europa. Los líderes de los principales motores del euro admiten el creciente riesgo de una crisis bancaria y coinciden en que, para evitarla, hay que recapitalizar a los entes bancarios del bloque de la UE.
Los dolores de cabeza sobre el tema financiero no solo son para los europeos sino también para los estadounidenses. En ese país la Casa Blanca está preocupada por la alarmante situación de desempleo que está enfrentando.
“La tasa de desempleo se mantuvo sin cambios en 9,1%, un nivel que es inaceptablemente alto”, se observa en un blog donde se publicaron las cifras de empleo registradas durante septiembre.
Los estadounidenses señalaron que necesitan un crecimiento económico más rápido para que aumente el empleo.