A las 07:30 de ayer, dos aviones, uno de la compañía Aerogal y otro de Ícaro, que se aproximaban al aeropuerto Eloy Alfaro de Manta, estuvieron a punto de colisionar en pleno vuelo.
El piloto de Ícaro, Henry Torres, indicó que el TCAS (Sistema para evitar colisiones de tráfico) alertó que otra aeronave estaba demasiado cerca. Inmediatamente se contactó con la torre de control de Manta e indicó lo que sucedía.
Los controladores, según dijo, le indicaron que aplicara una maniobra evasiva, la cual asustó a los 100 pasajeros que se encontraban dentro de la aeronave.
Luego del susto, logró aterrizar. Una vez en tierra, Torres entregó su reporte de situación peligrosa en vuelo a representantes de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), mismo procedimiento que aplicó el comandante de la nave de Aerogal.
En esta versión el piloto señaló que fue el avión de Ícaro el que se acercó demasiado, situación que también fue alertada por el TCAS. Por esta razón se llamó a la torre de control para que advierta a la otra aeronave del peligro.
Esta versión fue rechazada por Esteban Saltos, representante de Ícaro, quien indicó que el piloto de Aerogal reportó una posición en la que nunca estuvo, por lo que el avión de Ícaro siguió su curso y la cercanía de la otra aeronave fue detectada a tiempo por el TCAS.
“Esto tiene que aclararse. Lo que se debe hacer es escuchar la grabación de las cajas negras para determinar qué maniobras realizaron los pilotos y se saque una conclusión de esta situación que pudo provocar una catástrofe”.
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) señaló, mediante un comunicado, que la entidad inició el proceso investigativo sobre el caso. Este Diario conoció que al momento existiría un informe preliminar del caso.
El organismo también dio un reporte sobre el incidente que sufrió el vuelo 028 de Aerogal, que despegó del aeropuerto Mariscal Sucre de Quito hacia Guayaquil.
Tras el decolaje la nave presentó un fallo en uno de sus motores, por lo que tuvo que regresar de manera inmediata a la terminal. Tras el incidente los pasajeros fueron embarcados en otro avión y trasladados a las 12:15 a Guayaquil.
La DGAC indicó que con el fin de solucionar este incidente Aerogal deberá cambiar el motor dañado por uno nuevo.
Los dos incidentes aviatorios de Aerogal se producen un mes después que un avión de Aerogal estuvo a punto de aterrizar en una pista que no le correspondía en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. La rápida acción del controlador aéreo permitió que el piloto corrigiera su error.
Tras este incidente, la DGAC suspendió a la tripulación de la aeronave. Al parecer, el piloto habría sufrido de un trastorno de pérdida del sentido espacial por lo que deberá acudir a reentrenamiento para superar la situación.
La investigación de la fallida catástrofe está a cargo de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA por sus siglas en inglés) y en parte también por la DGAC.
Las compañías se culpan entre sí por el susto aviatorio
La versión de Aerogal sostiene que el avión de Ícaro, que viajaba tras de su aeronave, se acercó demasiado. Ello fue detectado por un sistema de alerta, por lo que se indicó a la torre de control que notificaran a la otra aerolínea del problema.
El piloto de Ícaro Henry Torres entregó un informe a las autoridades de aviación civil en el que detalla que el avión de Aerogal estaba demasiado cerca por lo que tuvo que realizar una maniobra brusca con el fin de evitar una colisión.