El excepcional aumento del precio del café de los últimos meses terminará afectando a los consumidores en supermercados o cafeterías.
Desde principios de año, el precio del café arábica, el que se utiliza para el expreso, aumentó 82% por la sequía en varias zonas de Brasil, el primer proveedor mundial.
Por su parte, el precio del robusta, que se utiliza para el café soluble, también batió récords la semana pasada y alcanzó su más alto nivel en el último año y medio por las dificultades de producción en Vietnam, el primer exportador mundial de este tipo de variedad.
“Todavía es demasiado pronto para decir en qué medida los consumidores se verán afectados, pasa un tiempo antes de que lo que ocurre en los mercados financieros afecte las ventas al por menor”, explica Dana LaMendola, una analista de Euromonitor.
“Sin embargo, si los precios del café se mantienen a este nivel habrá un impacto (…) aunque las fluctuaciones en los precios no son nada nuevo” y las empresas suelen protegerse con contratos de varios meses con sus proveedores para “bloquear” los precios, según LaMendola.
El año el año pasado, cuando los precios estaban bajo mínimos, “las tres principales empresas del sector en Estados Unidos -Starbucks, Smucker’s y Kraft (Maxwell House)- terminaron bajando el precio para el consumidor hasta un 10% en algunos casos”, explicó.
Por su parte, un portavoz de Starbucks recordó que el café como materia prima solo presenta “entre un 8% y 10%” del precio final, que también incluye costes de alquiler, de personal, entre otros.