La industria de telecomunicaciones en Ecuador enfrenta grandes desafíos debido a los cortes de luz, de hasta 14 horas al día, que vive el país desde hace cerca de dos meses. Entre los afectados directos están los millones de usuarios de operadoras móviles y de proveedores de internet que se quedan incomunicados durante varias horas.
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El servicio de telefonía móvil y datos depende de la electricidad
La interrupción de los servicios de telefonía móvil y datos se deben, principalmente, a que la infraestructura de las redes móviles depende de la electricidad. Por ello, los prolongados cortes de luz se convierten en una amenaza para la conectividad en el país.
La Asociación Global de Operadores Móviles (GSMA) señaló que las empresas del sector han implementado medidas de emergencia para mantener a los usuarios conectados. Entre ellas están el aumento de la capacidad de las baterías de respaldo en las estaciones de transmisión y el despliegue de más generadores para suplir temporalmente la falta de energía, aunque ambos sistemas de soporte tienen limitaciones.
Además de las medidas técnicas adoptadas, el sector móvil implementó iniciativas de apoyo para los usuarios afectados. Entre ellas, la postergación de pagos de facturas, la oferta de servicios adicionales sin costo y la optimización de la logística de combustible para garantizar que los generadores puedan operar el mayor tiempo posible.
Aun así, la industria enfrenta grandes retos, pues estas soluciones alternativas no pueden cubrir la demanda energética durante periodos prolongados de interrupciones.
Ante ello, la Asociación Global de Operadores Móviles (GSMA) hizo una propuesta al Gobierno del Ecuador. El objetivo es trabajar en coordinación para buscar soluciones sostenibles a este problema.
Una de las propuestas presentadas es coordinar los cortes de energía en horarios que permitan cargar las baterías de respaldo y optimizar así los recursos.
Esta colaboración busca mitigar el impacto de la escasez eléctrica en las telecomunicaciones, priorizando el acceso a la conectividad, que resulta crucial para la vida diaria de los ciudadanos en un momento de crisis energética.