Los problemas que ocasiona el excedente de arroz en el mercado, los bajos precios de la saca de 200 libras en el campo y los retrasos en las negociaciones para volver a exportar la gramínea a Colombia generan preocupación a los arroceros y a la Cancillería.
El conflicto se agrava cuando los agricultores se alistan para la cosecha de invierno (abril próximo) que tendrá otro excedente de 200 000 toneladas y no saben dónde comercializarlo.Por eso ayer ambos actores analizaron durante tres horas las posibles soluciones y cronogramas de trabajo. Para el canciller Ricardo Patiño, las negociaciones con Colombia avanzan y se espera que en dos meses se concreten las exportaciones de 150 000 toneladas. “En la reunión con el viceministro de Colombia se avanzó en algunos acuerdos pero todavía faltan fechas y cantidades. Hay un primer tramo que puede ser una venta de 40 000 toneladas peor hay que negociar que sea pilado y no en cáscara”.
Pero los arroceros proponen que los acuerdos comerciales deben concretarse antes de abril para que no se queden los excedentes y causen una caída de precios del arroz en el mercado interno. Rosa Lema, presidenta de los industriales arroceros, contó que si no se evacúa la gramínea habrá una sobreoferta de más de 350 000 toneladas en el país. “Ya no hay dónde almacenar más el arroz y por eso es urgente su exportación a Colombia”.
Según Patiño, el objetivo es lograr en abril los acuerdos con Colombia para que los excedentes de invierno se vendan.
Julio Carchi, arrocero, solicitó que se haga cumplir el precio oficial de USD 28 la saca para evitar la quiebra del productor ya que en los últimos dos meses recibieron menos de USD 23 por su saca.
Eduardo Bejarano, gerente de la Unidad Nacional de Almacenamiento, reconoció que las bodegas están llenas y que ya no hay capacidad de compra porque no tienen liquidez. “Con USD 25 millones se compra, pero mientras no se venda no se hay liquidez para seguir”.