Salir de la zona de confort para un ejecutivo que lo tiene todo (prestigio y dinero) no es un paso sencillo. Se necesita, como él lo dice, valentía y fe absoluta.
Lo primero no le preocupaba. Durante 25 años de estar al frente de gerencias financieras y administrativas de varias multinacionales en el país, el temor a los riesgos no era algo que corría por las venas de Víctor Hugo Ramírez. Así que emprender un negocio propio debía ser pan comido porque, además, tenía un proyecto fríamente calculado y concebido durante toda su exitosa trayectoria profesional.
Así que en el 2008, en pleno año de la crisis económica mundial, decidió dar el salto al vacío y crear su propia firma consultora: Great People Consulting. Antes de eso, por supuesto, había logrado reunir un colchón económico para que durante seis meses su familia no sintiera los efectos del arranque del negocio.
Junto con su socia, y esposa, Matilde Salinas, quien también era una ejecutiva reconocida en el ámbito de la consultoría, más una asistente, arrancaron la aventura. Debían motivar a los empresarios para que inviertan en mejorar sus procesos, enfocados en el ser humano. Para atraer la atención de sus potenciales clientes, Ramírez los visitaba, exponía su plan de transformación y, luego de un estrechón de manos, se regresaba a su oficina.
Durante casi seis meses esperó la llamada del primer cliente, pero el teléfono no sonaba. Él creía en su proyecto, pero la fe empezó a fallarle, ante la posibilidad de que su familia sufriera los efectos de no tener ingresos.
Negoció su regreso a la gerencia de un grupo empresarial y, cuando estuvo a punto de firmar, su esposa le haló las orejas: “debes tener fe. Si tú no crees en el proyecto, no va a funcionar. Era el combustible necesario para mí en ese momento. Deseché la propuesta laboral y volví a seguir trabajando hasta 14 horas al día en la firma”, recuerda Ramírez.
No pasó mucho tiempo hasta que recibió la llamada del Citibank, su primer contrato. Y, aunque la alegría era desbordante, no hubo tiempo para el festejo.
Desde ahí, la consultora empezó a repuntar. En el 2009 facturó USD 170 000, un año más tarde USD 480 000 y para finalizar este año prevé cerrar con el primer millón en ingresos.
La nómina creció a 15 consultores, todos prometedores profesionales de hasta 25 años y cuatro gerentas de alto nivel, que también dejaron sus trabajos para dedicarse a esta empresa.
Ramírez es un cazatalentos innato, así que se rodea siempre de lo mejor que está en su entorno. Y los cuida como a ‘hijos’, porque el ser humano es el principal capital para una compañía.
Cada día, a las 11:00, y durante 15 minutos, las elegantes y modernas oficinas de la firma se transforman en un escenario lúdico, de aprendizaje con juegos y conversaciones divertidas. La razón es que Ramírez sabe cómo hacerlo, porque además ha sido catedrático por años.
Por ello, él hace ver el emprendimiento como un juego de niños. Y recomienda tres cosas antes de empezar un reto: disponer de un buen plan de negocios, tener un colchón económico donde respaldarse mientras la empresa florece y dar un valor agregado a los clientes.
“Si produzco los mismos vasos que otra empresa, voy a competir en precio y eso es durísimo. Pero si fabrico unos vasos distintos, no tendré competencia”.
Y, finalmente, para saber si una persona es pionera tiene que identificar tres características: constancia, valentía e intuición. Y no se olvide de poner la tecnología a su servicio…
EL TRÁMITE
Las opciones para legalizar un negocio son múltiples. Solo hace falta conocer cuáles son los requisitos y dónde tramitarlos.
Para formar una compañía
Cuando desee crear una empresa (Sociedad Anónima, Compañía Limitada, Cía. Anónima), vaya a la Superintendencia de Compañías a realizar el trámite. Para empezar, debe bautizar a su compañía y ponerla a verificación dentro de las oficinas de la Superintendencia. En cinco minutos sabrá si lo aprueban o no.
Apertura de la cuenta
Usted tiene que abrir lo que se llama cuenta de integración de capital. Esa apertura se realiza en cualquier banco. Además, debe presentar tres escrituras de constitución de la compañía, firmado por un abogado. Y, elevar a escritura pública, en una notaría, la minuta de constitución.
La Superintendencia
Si se aprueba todos estos documentos iniciales, deberá iniciar el cumplimiento de una serie de requisitos, entre ellos la publicación de la constitución de la empresa en un periódico, obtener la patente municipal e inscribir las escrituras en el Registro Mercantil.
Los requisitos
La Superintendencia le solicitará la apertura del Registro Único de Contribuyentes (RUC). Para ello deberá acercarse a las oficinas del Servicio de Rentas Internas (SRI) que se encuentran en todo el país.
Para sacar el RUC
Las sociedades bajo el control de la Superintendencia deberán llenar los formularios RUC 01-A y 01-B. Además, deben presentar el original y copia certificada de la escritura de constitución; original y copia de una planilla de servicios básicos (agua, luz, teléfono); identificación del representante legal y original de los datos generales de registro de la Superintendencia.
No se olvide…
Si la compañía tiene más de ocho socios o accionistas se debe presentar una ficha técnica con información detallada de cada uno de ellos, en medio magnético. Hay que llevar una memoria a las ventanillas de Rentas.
Sin ir a la Superintendencia
No crear una compañía, pero operar comercialmente, es posible. Solo utilice el RUC de una persona natural o afíliese a un gremio, por ejemplo, de artesanos. Sin embargo, deberá conocer que, según el monto de recursos que la actividad maneje, deberá estar sujeta a algunas obligaciones, como, por ejemplo, la obligación de llevar contabilidad.
Para dar un primer paso
Si no quiere complicarse mucho, puede optar por aplicar al Régimen Impositivo Simplificado (RISE).Los requisitos son ser persona natural, no tener ingresos mayores a USD 60 000 en el año, no dedicarse a alguna de las actividades restringidas (ver en www.sri.gob.ec) y no haber sido agente de retención en los últimos 3 años.
Para evitar la tramitología
Si está confundido, los abogados societarios o los departamentos de asesoría legal de los gremios de producción pueden ayudarle. El costo por los servicios no es elevado.