Portugal, bajo ayuda internacional desde 2011, volvió hoy jueves 9 de enero del 2014 al mercado con una emisión de deuda a cinco años que suscitó una fuerte demanda de los inversores.
Esta emisión, la primera de este plazo desde hace un año, es una etapa crucial para Portugal que espera poner fin el 17 de mayo a su programa de ayuda de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El objetivo del ministerio de Finanzas era captar 3 250 millones de euros, pero la demanda se elevó a 11 000 millones, anunció la titular de la cartera Maria Luis Albuquerque.
Aunque el resultado final, la cantidad captada finalmente y el tipo de interés que tendrá que pagar se iban a dar a conocer más tarde.
Dos días después de la emisión de deuda de Irlanda, Portugal pasó a su vez el examen con éxito en el mercado, aprovechando la caída del rendimiento que le exigen los inversores.
En el mercado secundario, donde se cambia la deuda ya emitida, la tasa de rendimiento a cinco años de Portugal se situaba en el 4,022% el jueves por la tarde.
Como Irlanda, Portugal tomó sus precauciones y volvió a los mercados con un préstamo sindicado, que permite captar fondos sin correr demasiados riesgos.
Préstamo sindicado significa financiarse directamente ante un grupo de bancos seleccionados con antelación, que pueden conservar o revender los títulos de deuda.
Lisboa había elegido a los bancos Barclays, Caixa BI, Goldman Sachs, HSBC, Morgan Stanley y Société Générale para ampliar una línea existente que vence en junio de 2019.
La última emisión a cinco años de Portugal se remonta a enero de 2013. La operación le permitió captar 2 500 millones de euros al 4,891%.
Este éxito es fundamental para Portugal que trata de poner fin a su plan de asistencia de 78 000 millones de euros sin tener que negociar una extensión con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
España, otro de los países acosados por los mercados hace un año, también colocó este jueves más de 5 200 millones de euros a 5 y 15 años con intereses en baja (en el caso de 5 años con niveles históricamente bajos) , confirmando las señales de recuperación financiera de las economías de la zona euro más golpeadas por la crisis.
El país, cuyos costes de financiación hace año y medio hicieron saltar las alarmas de que pudiera seguir la senda de Portugal o Irlanda y pedir un rescate económico, empezó 2014 por un camino muy diferente tras haber recuperado la confianza de los inversores.